El Barça buscaba su tercera Champions consecutiva este fin de semana en Colonia, un reto ilusionante, que terminó en una muy merecida medalla de bronce ante el PSG (37:31). Contaban, sin embargo, os de Ortega en su primer asalto, pues debían enfrentarse al Magdeburgo, para llegar a la final. Una primera parada de la Final Four difícil, puesto que fueron los alemanes los verdugos del único partido perdido por los azulgranas, en la Super Globe del pasado año.
El Barça debía buscar un enfoque distinto, que no encontró, para superar a su bestia negra. Una primera mitad igualada y con dominio español (16:18), daba a entender que habían encontrado la manera de penetrar al acorazado germano.
Siguió esta tónica el partido hasta que, a falta de 15 minutos, empató Portner para darle la vuelta al partido. Reaccionó entonces el equipo catalán para recuperar terreno y poner el empate en el marcador (31:31). Forzaron una prórroga, a pesar de una jugada dudosa sobre la bocina, que no valió para evitar los penaltis (38:38). La tanda de 7 metros dio la victoria a los alemanes, tras una parada decisiva de Jensen por (40:39).
Luchó el domingo el Barça por el bronce frente a un Paris Saint German que no pudo con la furia culé. Los de Ortega se hicieron con la tercera plaza de la competición europea que levantaron las dos pasadas temporadas. Con un resultado de 37:31, quedó vigente que se le resisten muy pocos retos.
La competición deja momentos duros de los que aprender y otros muchos que celebrar. Buen ejemplo de ello son las 21 paradas que hizo Gonzalo de Vargas en el partido por el bronce y la nueva condición de máximo goleador histórico de las Final Four que ha adquirido Aleix Gómex, con 70 goles.