Tras el éxito logrado por los Hispanos en el pasado del Campeonato de Europa, los jugadores de Jordi Ribera afrontaban este mes de abril su primera concentración como flamantes campeones de Europa. Semana repleta de homenajes y charlas con patrocinadores que dejaban claro que el éxito de este equipo no se basa solo en los resultados deportivos, sino en los valores que transmite.
Valores propios de nuestro deporte que quedan patentes en acuerdos como el que la Real Federación Española de Balonmano ha alcanzado con la Fundación Ramón Grosso, por el que el ente federativo ha donado material deportivo para el Proyecto Balonmano Chad.
Proyecto con el que la Fundación Ramón Grosso busca fomentar, a través del deporte, la integración social de niños y niñas y jóvenes con discapacidad, tanto física como intelectual, y/o en riesgo de exclusión social. Un trabajo con el que mejorar la calidad de vida de los más desfavorecidos, mediante la creación de proyectos sociales y sostenibles como puede ser las numerosas escuelas deportivas ofertadas por la fundación.
Amplia oferta deportiva a la que se añadió el pasado año la Escuela de Balonmano con la que la ex jugadora getafense Rebeca Sánchez y el entrenador asturiano Roberto Álvarez, ayudan a los cientos de niños que pasan por las aulas del colegio San Francisco Javier de Toukra en Chad.
Escuela gracias a la cual se ha facilitado el desarrollo de la autonomía personal de los niños, se ha potenciado el trabajo en grupos y sobre todo fomentado una actitud cooperativa y colaborativa que han aportado un enriquecimiento y crecimiento personal espectacular.
Sin lugar a dudas, un proyecto humano ilusionante al que la Real Federación Española ha querido sumarse para a través del balonmano ayudar a los que más lo necesitan.
Fotografía: Ignacio Gorjón / Fundación Ramón Grosso