Álvaro Pérez sorprendió desde el inicio. Un jugador siempre encima de Adrián Sola y llevando el ataque al 5vs5. Una decisión arriesgada, pues daba más espacios para atacar, pero Jan Berruezo bajo palos respondió para refrendar la decisión del entrenador.
De tú a tú un KH-7 Granollers que no sacaba renta porque Albert Quesada respondía también en la otra portería. De momento, ninguna de las dos propuestas conseguía hacer daño a la otra. El portero del Barça Cadet, sensacional en el inicio del partido, y eso les daba ventaja de 5:4 tras diez minutos de partido.
Estaba siendo el partido de los porteros. Y quien mejor supo aprovechar la racha del suyo fue el Barça. En un par de buenas acciones defensivas que les permitieron volar al ataque obtuvieron una primera ventaja de +4 (8:4) para marcar territorio.
Pese a todo, acabó apareciendo Adrián Sola. El que es jugón, es jugón. Y, si le sumas la defensa agresiva del Barça, muy adelantada, la combinación generó una explosión imparable blaugrana. Cambió Granollers su defensa, cayendo al 6-0 y a esa defensa sobre Sola de forma alternativa, y dio resultados. Llovía menos con el 12:10 rozando el descanso.
Pero el Barça siempre supo volver al partido, de nuevo desde la defensa y la velocidad al contraataque. En un visto y no visto, se recuperaba la distancia de goles en el marcador del Palacio de Deportes Olivo Arena con el 16:11 marchando los jugadores a vestuarios.
SEGUNDA MITAD SÓLIDA DEL BARÇA CADET
Tenía que subir líneas KH-7 Granollers si no quería perderle la estela a su contrincante. El equipo granollerí seguía entregándose a esa defensa híbrida, buscando paliar el efecto Adrián Sola, pero no conseguían reducir la ventaja. Buena culpa de ello la tenía un Guillem Martínez enorme bajo palos, que hacía acrecentar la renta hasta el 22:15.
Se le iban acabando las opciones al Granollers. Pese a los intentos de jugadores como Xavier Molero, Arnau Ndour y Ferrán Serrano, la maquinaria del Barça Cadet seguía funcionando como un engranaje perfecto. Tanto es así que, a diez minutos del final, el 24:18 parecía haberse instalado para quedarse en esa diferencia de +5 goles.
No bajó los brazos el equipo de Jordi Jodar, pero la coralidad del Barça, desde el muro de la portería hasta la gran polivalencia en ataque, dejaba prácticamente sentenciada la final a cinco minutos con el 28:21 gracias a un Ïu Carballal excelso.
El tanteo dejó de sumar con el definitivo 32:24 que confirmaba al Barça como el campeón de la Minicopa del Rey en un torneo en el que los blaugranas han dominado de principio a fin. En la víspera del Campeonato de España, este duelo ha sido todo un regalo para los seguidores del balonmano.