Para realizar el balance final de la participación española en el Campeonato el Mundo Junior de Egipto, hemos estado hablando con Isidoro Martínez, seleccionador español y Coordinador de las selecciones masculinas categorías inferiores.
¿Qué nota le pondrías a
Un aprobado muy justito. Hemos acabado en octava posición, pero no hemos hecho buen balonmano y nos han superado rivales que no lo tenían que haber hecho. Personalmente esperaba obtener más rendimiento del equipo.
¿Cuáles eran los objetivos antes de la Competición?
Veníamos para tener opciones hasta el final y ser competitivos. Siendo muy irregulares todavía en el último partido de la segunda fase contra Argentina, si hubiéramos ganado de cinco podíamos incluso haber entrado en semifinales si se hubieran dado bien los resultados; pero no fuimos maduros para amarrar el partido cuando ganábamos de cuatro a mitad del segundo tiempo y nos fuimos al séptimo y octavo. El balance no es bueno, para colmo contra Portugal ya no éramos ni la sombra del equipo que compitió en abril contra Polonia en su casa.
¿Cambiarías algo si tuvieras la oportunidad de volver atrás?
En la preparación nos ha faltado la referencia de jugar partidos contra otras selecciones. Por una mínima inversión que no se hizo, llegamos a Egipto sin competir. Federaciones como Irán tenían jugados siete encuentros previos; Túnez, Egipto, Francia, Noruega, Alemania, Dinamarca, etc. torneos de preparación más encuentros en El Cairo con rivales de otros grupos. Somos la única selección que jugó un sólo partido de preparación dos días antes de comenzar el Mundial. Se puede decir que nosotros terminamos la pretemporada después de los tres primeros partidos oficiales, en ese momento ya habíamos perdido contra Noruega e Irán. A partir de ahí todo han sido match-balls, y no tenemos equipo suficiente para aguantar diez partidos con esa presión.
¿Crees que el resultado es justo?
Con suerte podíamos haber entrado en semifinales, pero por nuestro juego estamos en el puesto que merecemos. Durante cuatro días en Suez vivimos con la angustia de poder irnos a jugar por primera vez en la historia del puesto 17 al 24. Habría sido vergonzante. Ganando a Brasil y a Francia lo evitamos, pero insisto, pagamos los errores en la preparación con un riesgo que no se puede tolerar en una Federación seria. El otro partido clave fue Egipto, ganando habríamos llegado casi seguro a semifinales, pero Egipto sólo había perdido hasta entonces contra Alemania; ellos han jugado todo el Campeonato con otro reglamento y con 20.000 personas animando. De todas formas ese día plantamos cara a los imponderables y pierdes con dignidad.
¿Qué le ha pasado a este equipo respecto al que fue a Polonia a la fase de clasificación en abril?
De los tres partidos en Polonia, dos eran de gran dificultad, allí jugamos al cien por cien los tres partidos. En aquel momento se vio una selección ganadora, sólida y con recursos. Creo que no hemos sabido sobreponernos a la baja de última hora de uno de los mejores jugadores de esta generación que además era el auténtico cerebro del grupo en el campo, Eloy Félez; y uno de los zurdos más prometedores del balonmano Nacional, Ángel Montoro, tuvo una lesión la semana anterior a la concentración del equipo.
En categorías inferiores llevamos años sin conseguir medallas ¿a qué crees que se debe?
En categoría promesas estamos a nivel de casi todos, en juveniles nos cuesta y en júnior nos superan. Esta reflexión la he oído de muchos entrenadores que conocen estas categorías a nivel internacional, entre ellos de anteriores seleccionadores. Estoy totalmente de acuerdo con ellos; por lo tanto algo estamos haciendo mal en España. Por resumir haría dos comentarios: el primero, entrenamos demasiado en media cancha y dedicamos demasiado tiempo a los “jueguecitos” previos, olvidándonos de las transiciones y de los factores de ejecución; y el segundo, en condición física somos de los países más flojos, o no se hace casi nada, o se imitan modelos de equipos de élite, cuando en la formación hay que aplicar principalmente cargas generales. En Dinamarca, Alemania y Francia por ejemplo, juveniles y juniors hacen pesas en distintos periodos prácticamente a diario. A esto hay que sumar que africanos, más Brasil y Argentina entrenan muy bien, tienen un físico envidiable y más hambre de victoria.
¿Qué medidas vas a tomar para intentar que esta tendencia cambie?
Creo que el modelo de captación y selección de jugadores es bueno, aunque se puede optimizar la inversión desde que hay Campeonatos de España en categoría infantil hace algunos años; pero se cierran los grupos demasiado pronto. Tendríamos que llegar a tener 45 promesas seleccionables, 35 juveniles y 25 ó 30 juniors. Claro que de ideas no se vive, hay que poder desarrollarlas; si no podemos llamar a 5 juveniles diferentes de una actividad a otra porque hay que darles ropa para entrenar ¿cómo lo hacemos?.
Alguna última apreciación que quieras hacer.
Si, una más. Las selecciones dependen del trabajo en los clubes, por eso creo que es básico informar a los entrenadores del trabajo que hacemos con sus jugadores en las concentraciones y de las carencias que presentan a nivel internacional comparándoles con los mejores de su edad. Al mismo tiempo, cuando un jugador asiste a la convocatoria de alguna selección, mejora como jugador porque entrena y compite con los mejores de su edad; esa experiencia es insustituible; si hay colaboración entre ambas partes el beneficio será para el balonmano nacional. Pero repito, el verdadero mérito es el de los técnicos de los clubes.