Ayer concluyó en Soria la última concentración de verano, en concreto la del equipo promesas femenino, bajo la dirección de Patricia Sosa, seleccionador nacional de la categoría.
Un total de 28 jugadoras nacidas entre 1994 y 1995, que arrancaron la actividad el pasado 22 de julio y que han estado trabajando duro, muchas de ellas con la mente puesta aún en la Copa Latina disputada en Portugal, y en donde tuvieron que enfrentarse a equipos formados por jugadoras de categoría juvenil.
Patricia Sosa reconoce que “estos días en Soria han resultado muy agradables, y estamos muy satisfechos del trabajo de todas las jugadoras, pudiendo acabar la concentración sin incidentes importantes, salvo un esguince de tobillo y otro cervical”.
El trabajo de estos diez días ha sido intenso, comenzando a las 8:00 h., para entrenar en el pabellón Fuente del Rey a las 9:30 h.; tras una horita de descanso, comida y siesta, vuelta al trabajo de 17:30 h. a 19:30 h. A pesar de esta agenda tan cargada, han sabido sacar tiempo para realizar otro tipo de actividades dirigidas a formar el llamado sentimiento de grupo, a través de unas tertulias en las que las jugadoras hablan de forma distendida de cómo están viviendo la concentración, lo que están aprendiendo, lo que les cuesta trabajo asimilar,…
“Es una novedad que hemos introducido esta semana y que queremos trasladar para próximas concentraciones, porque el resultado ha sido muy positivo”, afirma la seleccionadora.
Conscientes que de las 28 elegidas, sólo 16 podrán asistir a futuras competiciones, “la competencias entre todas es sana, lo que repercuta muy positivamente en el grupo”, señala Patricia.
“Es una generación muy prometedora porque todas tienen gran proyección en todos los puestos específicos. El objetivo es formar un grupo con amplia base para seguirlo durante todo el año en todas las competiciones en las que participen y analizar su evolución”, continua Patricia Sosa, “ya que ellas deben ser fuertes y no desanimarse si en alguna nueva concentración no son llamadas. Tienen que seguir trabajando y vivir el balonmano disfrutándolo, aunque con miras de seriedad”.