La delegación granadina no ha podido escoger mejor a su nuevo presidente: Pepe Manrique Lardón. Con un currículum inmejorable, y siempre ligado al balonmano, recoge el testigo de Riquelme que tuvo que dejar el cargo debido a motivos personales.
Entre sus innumerables méritos se puede destacar su primer trabajo como técnico, corría el año 1975 cuando se puso al frente del Reyes Católicos. Además ha sido testigo de dos ascensos: el de las femeninas del Club Universidad a División de Honor, donde se encontraba como ayudante técnico y cuando condujo a los componentes del Bm. Zaidín a Primera División.
En lo que refiere al tema personal, siempre ha estado muy vinculado con el ámbito federativo, ha sido árbitro e incluso está casado con una antigua jugadora de balonmano, comenta anecdóticamente.
Después de 20 años retoma el contacto con su deporte encontrándose muchas novedades, entre ellas, el cambio de ubicación de la sede, ya que la conoció “en la Avenida Madrid”, comenta divertido. Ahora se encuentra tomando contacto y poniéndose al día de todo lo que surge en la delegación.