Los 7 metros alejan al Torrelavega de su final soñada en casa

El Bathco BM Torrelavega rozó la que hubiera sido una heroica y soñada final de la Supercopa Ibérica, en su casa, el Vicente Trueba (27:30). Sustentado en una afición que nunca dejó de creer, el conjunto cántabro logró neutralizar un arranque inicial potente por parte del Sporting CP, para darle la vuelta al marcador apoyado en una gran defensa. Sin embargo, y aunque fue dominador durante gran parte del encuentro, el cuadro luso fue poco a poco recuperando terreno en la segunda mitad para conseguir un épico empate en el 60’, parada de lanzamiento de 7 metros incluida, para acto seguido doblegar a los locales en esta suerte. Sporting CP, por tanto, ya es el primer finalista de la Supercopa Ibérica y espera ya en el partido decisivo por el título a FC Barcelona o FC Porto.

La Supercopa Ibérica arrancó por todo lo alto con una primera semifinal espectacular entre el conjunto de casa, el Bathco BM Torrelavega, y el campeón de la Liga y Copa de Portugal, Sporting CP. El cartel prometía con un equipo cántabro que contaba con un principal aliado para ir en busca de la gran final del torneo peninsular.

El Pabellón Municipal Vicente Trueba, sede de esta Supercopa Ibérica Masculina, sabía que debía ser más que nunca ese aliado fundamental para tratar de superar nada más y nada menos que al gran campeón de Portugal y se puso manos a la obra, siendo desde el inicio una caldera para que los suyos remasen viento a favor y ejercer la máxima presión posible sobre el rival de su equipo.

Con el pitido inicial, pareció no pesarle al cuadro luso esa olla a presión en que se había convertido el Vicente Trueba con un primer parcial de 2-5 favorable a los visitantes, pero no tardó en ejercer un rápido efecto sobre el cuadro local que apretó los dientes entonces y se puso el mono de trabajo para darle la vuelta al marcador. Ese empuje local pronto obtuvo su premio con los de Jacobo Cuétara empatando primero la contienda para después darle la vuelta por completo al partido e irse mandando al descanso con una importante renta de cinco tantos.

Con un protagonismo compartido entre todo el equipo y poniendo los cimientos de la remontada sobre una gran solidez defensiva, el Bathco Torrelavega se llenó de fe para buscar esa primera plaza en la finalísima de la Supercopa Ibérica. Por su parte, el campeón luso se encontró con un muro, como fue esa defensa muy bien plantada del equipo local, que le dificultó sobremanera encontrar los caminos hacia la portería defendida por Leonardo Vial. La principal resistencia lusa venía de un Martim Costa que, con cinco tantos en el primer parcial, fue el jugador más peligroso del Sporting CP que, ya advertía en la previa, de la complejidad de este encuentro al medirse a un conjunto con ese plus siempre clave de jugar en casa.

Tras la reanudación, el Sporting CP dio un paso al frente buscando rápidamente acortar la renta en el electrónico y consiguió empezar a reducirla en los primeros compases de segundo parcial. El paso adelante del cuadro portugués resultó evidente y, entonces, al equipo local le tocaba aguantar el tipo y, para ello, seguir mandando en la semifinal resultaba clave.

A falta de veinte minutos del final, el equipo luso se puso a tan solo dos tantos con una defensa férrea, la misma en la que se sostuviera el Torrelavega para lograr esa importante renta que, hasta el momento, le hacía vivir con tranquilidad ese previsible arreón del cuadro luso. No obstante, el Torrelavega mantenía el pulso y se iba a apoyar tanto en la defensa, como en la velocidad a la contra cada vez que tenía la ocasión de hacerse con un balón en campo propio y correr.

El Vicente Trueba lo tenía claro y daba la clave a los suyos: “¡Defensa, defensa!” Insistía la entregada hinchada local que no bajó ni un segundo la intensidad de sus cánticos, el conjunto cántabro necesitaba su vital apoyo más que nunca. Entonces, fue el Sporting CP el que logró la igualada para dejar la primera plaza en juego para la gran final totalmente abierta en los diez últimos minutos de choque.

Sin embargo, y pese al gran orgullo mostrado por el equipo local que, incluso, se volvió a adelantar a pocos minutos del final, el conjunto luso consiguió un épico empate al término del tiempo reglamentario tras detener un lanzamiento de 7 metros que hubiera hecho finalista a Torrelavega para poner la primera piedra hacia la finalísima. Esa misma distancia que había frenado al equipo cántabro al final de los 60 min fue la que le alejó definitivamente de la final, que acarició con las yemas de los dedos, pero vio cómo se le escapó en el último suspiro. Los 7 metros decidieron al primer finalista y en esa suerte estuvo más acertado el Sporting CP, que ya espera rival de la segunda semifinal que llega justo a continuación entre FC Barcelona y FC Porto.

Fotografía: RFEBM / J.L.Recio