La ronda de semifinales ha bajado su telón con la victoria del Logroño La Rioja sobre el Recoletas Atlético Valladolid (29:27, 16:14 en el descanso) en el Palacio de Deportes de Santander, lo que le permite regresar a una final de la Copa de S. M. el Rey cinco años más tarde, además de asegurar un billete para la EHF European League del próximo curso y para la segunda edición de la Supercopa Ibérica de balonmano masculino.
El equilibrio en pista era máximo ya desde los primeros compases, y no asistimos al primer tanto –obra de José Toledo– hasta superar el minuto 2 de partido. Logroño La Rioja se encargaría de responder a ese primer tanto pucelano con un contundente 6:1 que hacía disparar las alarmas en el conjunto dirigido por David Pisonero, que detenía el reloj para corregir a sus hombres. La arenga surtía efecto, ya que tres tantos consecutivos de Álvaro Martínez acortaron (8:6) la brecha. Desde ese momento, el intercambio de goles se convertía en la tónica del partido, hasta el empate (13:13) de Pablo Herrero a 4 minutos del descanso. Eduardo Cadarso, sin embargo, se encargaría de adelantar a los suyos (16:14) antes de abandonar la pista.
La intensidad crecía –más si cabe– en el retorno a pista de ambos equipos, porque el premio lo merecía: estar en Europa la próxima campaña y, por si fuera poco, disputar la segunda edición de la Supercopa Ibérica de balonmano masculino. El Recoletas Atlético Valladolid lo sabía, y su empuje le hizo, incluso, tomar la delantera en el marcador (18:19) con tanto de Tarcisio Freitas. El cansancio, sin embargo, hacía mella en los hombres de Pisonero, que ayer ya disputaron una prórroga para eliminar al Blendio Sinfín. La figura de Jorge Pérez era cada vez mayor en el marco del conjunto franjivino, que incrementaría su renta poco a poco hasta finalmente obtener el billete a la final.
Queda, por tanto, configurada la gran final de la XLVIII Copa de S. M. el Rey de mañana, a las 16:00 h., en el Palacio de Deportes de Santander: Logroño La Rioja es el rival del Barça en la pugna por el título copero.
Fotografía: RFEBM / J.L. Recio