<<Nunca pensé que una fundación pudiera ayudar tanto a los deportistas>>. Así responde Lara González (Santa Pola, 1992) cuando se le pregunta por el Proyecto FER. La internacional con las Guerreras lleva desde los 16 años asentada en la élite de balonmano, pero reconoce que la entrada de la Fundación Trinidad Alfonso supuso un plus en su carrera deportiva: ‘’Buscan poder ayudarnos, no sólo en el aspecto económico, sino también con un seguimiento a lo largo del año para que estemos en las mejores condiciones para rendir’’.
Ahora, la de Santa Pola ha sido seleccionada junto a Silvia Navarro para las Becas Enervit, unas becas que premian el esfuerzo de los deportistas del Proyecto FER y con las que ambas jugadoras recibirán suplementación deportiva y apoyo nutricional durante la temporada. Un gesto más por parte de la Fundación que dirige Juan Roig en su lucha por mejorar el rendimiento de las jugadoras, que se une al otorgado a las internacionales durante el periodo de cuarentena: ‘’Durante los meses de inactividad nos enviaron a nuestra casa material básico para entrenar, nos dieron una beca muy grande que podíamos utilizarla en material deportivo y que nos ha permitido seguir manteniéndonos y entrenar en casa. Era un plus y un extra de motivación cuando te llamaban mientras estaba de bajón y te decían la cantidad de material que nos iban a dar’’, sentencia la jugadora del Besançon francés.
Atrás quedó la histórica participación de las Guerreras en el Campeonato del Mundo de Japón, ‘’una experiencia increíble, que disfrutamos mucho tanto a nivel de pista como a nivel de grupo fuera’’, revela Lara, al mismo tiempo que encumbra ‘’la medalla de plata conquistada de la que estamos muy orgullosas. Tendremos nuestra revancha y ahora miramos el horizonte con la perspectiva de que el grupo puede y debe creerse que es capaz de hacer cosas grandes e ir a por más’’. Si hace unos días Ivet Musons razonaba que una de las claves del éxito de la selección estuvo ‘’en que fueron más equipo que nunca’’, hoy es la lateral quién lo resume a que ‘’el grupo necesitaba tiempo de maduración, de comprender los conceptos y el nuevo sistema que trajo Carlos a su llegada’’.
La internacional, con 121 partidos y 120 goles con las Guerreras, trabaja por primera vez este año con el combinado absoluto después de la cancelación del Preolímpico Femenino 2020, que debía disputarse en Llíria en el mes de marzo, y lo hace en régimen de doble sesión en el Palau D’Esports de Granollers. ‘’Tenía muchas ganas de volver al trabajo con la selección, llevamos sin vernos desde el Mundial de Japón y tenía ganas de volver a juntarnos, de retomar ese feeling y las buenas sensaciones. Tenemos por delante un año ilusionante, con un Campeonato de Europa a la vuelta de la esquina. Venimos de ser subcampeonas del Mundo y queremos confirmarnos. En marzo tenemos el Preolímpico, que jugándolo en casa es muy especial para mí y hablar de los Juegos Olímpicos es hablar de palabras mayores, ojalá podamos clasificarnos’’.
