27 de junio de 2018. España, con la clasificación para las semifinales de los Juegos del Mediterráneo en el bolsillo, disputaba la cuarta jornada de la fase de grupos ante Italia. Aquella tarde, su carrera dio un giro de 180 grados. O por qué no decirlo, su rodilla. Hablamos de Ivet Musons. Su historia, aún por escribir, ya es un ejemplo para todo deportista.
Natural de Rubí, la catalana comenzaba a hacer currículo en las filas del Castelldefels, club al que llegó en la temporada 2011 y en el que permaneció dos temporadas hasta fichar por el Elche. Carrús era testigo de cómo poco a poco empezaba a gestarse una jugadora llamada a marcar una época. Su pasión por el balonmano pronto traspasó el 40x20. En 2016, alcanzó la cima proclamándose campeona del Mundo con las Guerreras de la Arena en Budapest. Solo un año después, el sueño se hacía aún más grande. Contaba para Carlos Viver. La lateral debutaba en partido amistoso ante Rumanía el 7 de julio de 2017. Cinco meses después lo hacía de manera oficial en el Campeonato del Mundo de Alemania.
Con todo por delante para consagrarse como una de las mejores jugadoras de España, Musons continuó por el camino del trabajo, la ilusión y las ganas, convenciendo a Viver para ser uno de los baluartes de la nueva generación de Guerreras. Sin embargo, el destino le tenía preparada una piedra en el camino llamada ‘triada’, o lo que es lo mismo, rotura de ligamentos cruzado anterior, lateral interno y de menisco de su rodilla izquierda.
Ivet fue convocada para disputar los Juegos del Mediterráneo de 2018. Allí, contra Italia, en el minuto 36, se rompió. Pasaron 543 días y muchas lágrimas para volver a vestir de corto. Ahora, con perspectiva, recuerda lo que le hizo volver: ‘’Quería sentirme de nuevo jugadora. Me ha costado muchísimo, nadie lo puede imaginar, pensaba en si podría volver a jugar, pero con trabajo y constancia se puede sacar, no hay nada imposible’’. A su lado los de siempre, y Aitor: ‘’Mi familia y pareja siempre estuvieron ahí en los peores momentos, y Aitor, mi preparador físico. Él fue el que me dio el último empujoncito que me faltaba para poder volver a jugar. Él ha hecho de preparador, de psicólogo, de todo. Es a la persona que más se lo tengo que agradecer’’, confiesa.
Ahora vuelve a sonreír y esta experiencia, sin duda alguna, le ha ayudado a ver el lado positivo a las cosas: ‘’Si soy sincera, estoy hasta sorprendida de que las cosas puedan ir rodando poco a poco. No tengo queja y todo me están saliendo bien. Si que es verdad que, dentro de lo malo, el confinamiento a mí me ha sentado muy bien porque pude trabajar aparte y creo que eso es lo que me ha dado el tiempo suficiente para terminar de recuperarme y volver a estar al 100%’’.
Hace apenas dos semanas que arrancó la temporada y la catalana ya ha tenido tiempo de demostrar que está lista para dar lo mejor de sí. Ivet ha vuelto y para quedarse, o así lo dicen sus números tras una XLI Copa de la Reina en la que se despidió como subcampeona y máxima realizadora del torneo con 22 tantos en tres partidos. Un hecho inesperado tanto para ella como para la plantilla del Elche después del adiós de jugadoras como Jénnifer Gutiérrez o Laura Hernández: ‘’Creo que todo el equipo estábamos a ver cómo nos conexionábamos, pero creo que con el trabajo de la pretemporada hemos sabido suplir bien las bajas y estamos haciendo muy buen trabajo. El equipo está muy concienciado a lo que Joaquín quiere que juguemos y se ha demostrado que en la Copa hemos hecho un super papel dentro de las expectativas’’.
La lateral brilló como ya lo hacía en su día. Ahora, su teléfono ha vuelto a sonar. ‘’Carlos Viver me llamó, me explicó un poco todo. Soy consciente de que me falta ritmo competitivo, pero para mí ya es un premio poder entrar poco a poco en la rutina de las Guerreras. Esto es un premio para volver a la normalidad y a la competición’’. Ivet se encuentra concentrada en Granollers con el proyecto Objetivo 2021. Una actividad que ha supuesto el regreso de las selecciones de balonmano a las pistas tras el parón por el COVID19: ‘’Lo estamos afrontando con naturalidad, nos dieron una pequeña charla antes de empezar para concienciarnos y tomar las medidas necesarias para evitar el mínimo riesgo. Los entrenamientos al principio han sido un recordatorio táctico porque hay muchas nuevas y algunas llevamos tiempo sin venir como es mi caso, y la verdad que muy bien’’.
Han pasado 9 meses desde que las Guerreras se proclamasen subcampeonas del Mundo en la cita mundialista disputada en Japón. Un hito histórico de la selección femenina que Ivet justifica de esta manera: ‘’La palabra equipo se queda corta en las Guerreras y esa es la base para conseguir los triunfos. Formaron un gran equipo, jugaron muy bien y defendieron como nunca’’.
A 23 de septiembre de 2020, su sueño sigue intacto. ‘’Como toda jugadora, esté lesionada o no, su sueño es poder debutar. Yo lo hice en Alemania y por desgracia no pude seguir luchando por confirmarme con las Guerreras, pero no me queda más que trabajar e intentarlo. El no ya lo tengo, así que voy a trabajar para intentarlo’’.
