La Real Federación Española de Balonmano sigue desgranando con la serie de reportajes #GenBalonmano cada una de las generaciones de jugadores y jugadoras que el balonmano español nos ha ofrecido a lo largo de su historia. La COVID-19 ha obligado al balonmano a parar durante cinco largos meses, por lo que este ha sido el mejor momento para hacer retrospectiva y analizar qué jugadores y jugadoras han cimentado los éxitos del balonmano español en estos últimos años.
Desde la hornada 1998-1999 de Hispanos hemos descendido observando la trayectoria de decenas de jugadores, hasta alcanzar hoy a la Generación 1980/1981, la última con un jugador de pista todavía en activo: el capitán de los Hispanos, Raúl Entrerríos.
CONDENADOS AL ÉXITO
Hablamos de una hornada acostumbrada a luchar por los títulos, incluso desde jóvenes, ya que no bajaron del podio en ninguno de sus eventos de base. En 1999, en territorio luso y por entonces en categoría Juvenil, el equipo español se hizo con la medalla de plata continental al perder por la mínima en la final ante Hungría, que en aquel entonces tenía en sus filas a László Nagy, a la postre uno de los mejores jugadores de Europa en la primera década del Siglo XXI. En Grecia, un verano más tarde y en categoría Junior ya, Yugoslavia hizo imposible la lucha por el título en el Campeonato de Europa, pero frente a Dinamarca se obtuvo la primera medalla de bronce continental en la categoría. Y finalmente, en el Campeonato del Mundo de Suiza 2001, la medalla de oro esquivaría a este grupo otra vez, y eso a pesar de marchar al descanso de la final 6 tantos por encima de Rusia.
Y esa costumbre por ganar inevitablemente tendría su reflejo en la absoluta: no tanto en el número de jugadores aportados, pero sí en el cómputo total de metales obtenidos. Y en este punto es obligado destacar a un jugador por encima del resto: Raúl Entrerríos (269 partidos, 618 goles). Capitán de los Hispanos a día de hoy, es el único jugador de la Generación 1980/1981 que permanece en activo, dado que la pandemia de la COVID-19 ha aplazado un año su retirada, hasta tener la oportunidad de cerrar el círculo en Tokio. El palmarés del pequeño de la saga Entrerríos es simplemente brutal, empezando por su medalla de oro en el Campeonato del Mundo de Túnez 2005 y acabando por la medalla de oro en el Campeonato de Europa de Austria, Noruega y Suecia 2020. Y por el camino: la medalla de plata en el Campeonato de Europa de Suiza 2006, la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de Suecia 2011, la medalla de bronce en el Campeonato de Europa de Dinamarca 2014, la medalla de plata del Campeonato de Europa de Polonia 2016, y la medalla de oro en el Campeonato de Europa de Croacia 2018. El lunar negro en su carrera deportiva, indudablemente, aquella lesión que le impedía estar con el equipo en el Campeonato del Mundo de España 2013.
Junto a Raúl Entrerríos, otro nombre ilustre en esta hornada de 1980 y 1981 es Iker Romero (200 partidos, 753 goles), el bravo lateral de Vitoria, todo pundonor y garra, factor clave en la conquista del Campeonato del Mundo de Túnez 2005, y que participaría en la conquista de la medalla de plata del Campeonato de Europa de Suiza 2006, la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, y la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de Suecia 2011.
Además, destacan otros dos jugadores de esta Generación 1980/1981 por su trayectoria con la elástica de los Hispanos. El primero, José María 'Chema' Rodríguez (127 partidos, 159 goles) porque sí que tuvo un aporte claro y clave en la conquista de Túnez, en la medalla de plata de Suiza y en el bronce de Suecia; y el segundo, Roberto García Parrondo (87 partidos, 205 goles), cuya única conquista se ciñe a la medalla de bronce del Campeonato del Mundo de Suecia 2011, pero que durante años fue asiduo a las actividades del combinado español.
Y para cerrar la lista de internacionales ilustres de esta hornada, nos encontramos a Carlos Prieto (96 partidos, 111 goles), el pivote emeritense cuya principal conquista con la elástica español fue la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
HUNGRÍA, PRINCIPAL ANTAGONISTA
László Nagy es, sin lugar a dudas, el nombre propio de esta Generación 1980/1981, con permiso de Raúl Entrerríos, claro está. Integrante del Fútbol Club Barcelona durante años, a su alrededor tenía en Hungría -en esos mismos años- jugadores que han marcado la edad dorada de Hungría en estas últimas décadas, caso de Ferenc Ilyés o Gergő Iváncsik.
Hornada de talentos balcánicos, ya que en Croacia nos encontramos con uno de los grandes nombres en la historia del balonmano en las últimas dos décadas, Igor Vori, y con otros dos jugadores de reconocido prestigio, Blaženko Lacković e Ivan Nincevic. Y cerca, en Rusia, encontramos a un jugador con gran recorrido en Europa, Mijaíl Chipurin.
Enfocando a los países escandinavos, hallamos jugadores de enorme talento. En Dinamarca, Hans Lindberg y Jesper Brian Nøddesbo -jugador con pasado azulgrana-; en Suecia un conocido de la hinchada manchega, Jonas Källman; y en Noruega, Kristian Kjelling, un lateral de enorme ascendencia sobre los jóvenes talentos de ese país.
Finalmente, fijando la mirada en el centro de Europa, descubrimos que en aquellos años 1980 y 1981 nacía un talento de primera categoría en Eslovenia, el central Uroš Zorman; y otros dos jugadores en Alemania con gran pasado en Die Mannschaft, Pascal Hans y Sebastian Preuss.
