España da un paso de gigante hacia París

Los Hispanos han logrado una victoria importantísima para acariciar uno de esos billetes que llevan a la cita olímpica en París. Dos de las grandes favoritas para estar en los Juegos Olímpicos protagonizaban un cara a cara de lo más trepidante y, salvo unos primeros minutos de superioridad eslovena, los de Jordi Ribera se hicieron con las riendas del partido para no soltarlas ya en el resto del encuentro. España firmó una victoria brillante liderada por dos jugadores que brillaron especialmente como Garciandia y un estelar Gonzalo bajo palos. De esta forma, el combinado español suma cuatro puntos y pone pie y medio en París. 

España y Eslovenia frente a frente o, lo que es lo mismo, las dos selecciones que habían salido victoriosas de su primer partido en este Preolímpico se citaban en un partido de máxima importancia para asegurar una de esas plazas en juego. El cartel prometía una dura batalla entre ambos combinados que apenas duró unos minutos hasta que España se aferró al partido para hacerlo suyo ya hasta el final. 

El combinado esloveno comenzó tomando la iniciativa en el partido y en el marcador, encontrando los huecos entre la defensa española y dificultando la ofensiva del conjunto dirigido por Jordi Ribera. Sin embargo, y pese a que el conjunto visitante inició con un 0:2 favorable, España no desesperó y fue recortando distancias en busca de encontrar su momento y, entonces aprovecharlo. Tarrafeta abrió la cuenta goleadora para los españoles y fue con el 3:6 a favor de los eslovenos cuando el combinado español inició un ascenso imparable liderado por un Garciandia que, desde ese momento, todo lo que le llegó lo convirtió en gol. 

El conjunto dirigido por Jordi Ribera se creció, precisamente, a raíz de los tantos del propio Garciandia, Ángel y Figueras. España devolvía la igualdad al marcador y daba un paso al frente desde la portería, donde Gonzalo, como ante Baréin hizo Rodrigo Corrales, se hizo grande bajo palos para que, ahora sí, España tomase la iniciativa en el partido, una que le llevaría a marcharse con una más que importante ventaja al descanso. 

El tanto de Cañellas que ponía en ventaja por primera vez a los Hispanos en el partido iba a ser el gran punto de inflexión para los nuestros que, desde entonces se mostraron intratables. Imparable fue un Garciandia que apareció por todo el frente de ataque, ya fuera en transición o al contragolpe, para anotar hasta seis goles para los españoles. Al ritmo de su '18', el combinado nacional fue poniendo tierra de por medio con Eslovenia, que no encontraba la fórmula para frenar el torrente en ataque en que se habían convertido los chicos de Jordi Ribera y, detenía el encuentro en varias ocasiones, para intentar encontrarla en esos tiempos muertos. 

Esa clarividencia de cara a puerta se contagió a todo el equipo español, especialmente a un Ángel Fernández que se erigió en la otra gran pesadilla para el combinado esloveno y que se marchó al descanso con cinco tantos en su casillero o, Aleix Gómez, con tres. Un Palau d'Esports, con un gran ambiente -más de 4.000 personas se dieron cita para ver este partido-, vibraba al ritmo que marcaba el festival anotador de una España que imprimió una velocidad trepidante al encuentro para irse al descanso nada más y nada menos que siete tantos arriba. 

Nada cambió en la reanudación. España continuó con ese juego trepidante con el que se marchó al descanso con el guardameta español volviendo a dejar varias intervenciones salvadoras y construyendo con criterio para que los Serdio o Tarrafeta la enviasen con temple y calidad directa a las redes eslovenas. Sí, en el cuadro visitante que buscaba la reacción imprimiendo velocidad a su juego de ataque. Sin embargo, se iba a topar con un Gonzalo infranqueable bajo palos, que celebraba con rabia cada parada sabiendo de la vital importancia que entrañaban para los suyos. 

España siguió mirando a portería, pero con la consigna clara de amarrar la victoria desde una defensa sólida. En esa labor continuó levantando un muro en su portería Gonzalo -designado MVP- frustrando cada intento visitante. Mientras tanto, el Palau d'Esports era una fiesta y el público se divertía con la imagen ofrecida por los suyos y ejerció su papel para que España acabara llevándose sin problemas la victoria. En uno de los partidos en los que más lo necesitaba apareció la mejor versión de los Hispanos para acariciar su presencia en París.