EQUIPO NACIONAL ABSOLUTO MASCULINO-Alicante 2012
08/04/2012 - 21:43
España no dejó espacio para las conjeturas y cerró su participación en el Preolímpico de Alicante con una incontestable victoria (33-22) sobre Polonia, que no pudo frenar en ningún momento el incesante caudal de juego de la selección nacional. Los de Valero Rivera escaparon de la duda y apearon de la carrera olímpica al combinado polaco para abrir la puerta de Londres 2012 a Serbia, que cumplió con la lógica y doblegó a Argelia. A los de Wenta les pasó demasiada factura la presión y nunca tuvieron opciones de meterse en el partido.
El combinado nacional se paseó en la primera entrega. La interminable estrella bajo palos de José Javier Hombrados deslumbró y dejó sin argumentos a Polonia, que salió atenazada por la responsabilidad de tener que ganar o empatar para estar en los Juegos de Londres. El tanteo al descanso apenas ofrecía margen para la duda. España barrió de la pista a los de Wenta (18-9) y alisó su camino hacia el Preolímpico sin mácula, perfecto, con tres victorias en otros tantos compromisos.
La batalla se presumía trepidante. La necesidad de Polonia se medía a la infinita ambición de la selección española, consciente de que en juego estaba algo más que el honor de culminar el torneo como primera de grupo. Y fue precisamente la ansiedad la que condenó al cuadro de Bogdan Wenta, que encajó un parcial de salida (4-0), que le dejó grogui para el resto del choque. España, por su parte, entró en la pista como si necesitara la victoria para alcanzar la gloria olímpica, lo que se tradujo en una frescura de piernas tanto en defensa como en ataque, que terminó por descomponer a su adversario.
Las intervenciones de Hombrados abrieron el camino para el fulminante contragolpe español que arrinconó al conjunto polaco, incapaz de frenar el incesante bombardeo al que le sometió la selección nacional, con una demoledora eficacia ofensiva que le llevó a rozar la veintena de dianas en la primera entrega.
A Polonia solo le quedaba recurrir a la épica para intentar voltear un partido que había encontrado a su dueño durante el primer tiempo. Los de Wenta intentaron reaccionar, pero el marcador cayó sobre su juego como una losa inamovible que les sepultó a manos del espectáculo que brindó la selección española a los aficionados presentes en el Centro de Tecnificación de Alicante.
España no retiró el pie del acelerador en ningún momento y no permitió que Polonia tuviera al alcance el más mínimo atisbo de reacción. El duelo, prácticamente resuelto en los primeros treinta minutos, echó el telón en los albores de la reanudación, cuando el equipo de Valero Rivera estabilizó la renta en diez goles. El resto del segundo acto solo sirvió para certificar la enorme superioridad del conjunto nacional sobre un adversario roto en defensa y asfixiado por Hombrados, sin duda el mejor jugador del encuentro, en ataque. Los de Wenta depusieron armas y se resignaron a su suerte, a perder el billete para Londres 2012, ahora en propiedad de Serbia y, cómo no, de La Roja.
El combinado nacional se paseó en la primera entrega. La interminable estrella bajo palos de José Javier Hombrados deslumbró y dejó sin argumentos a Polonia, que salió atenazada por la responsabilidad de tener que ganar o empatar para estar en los Juegos de Londres. El tanteo al descanso apenas ofrecía margen para la duda. España barrió de la pista a los de Wenta (18-9) y alisó su camino hacia el Preolímpico sin mácula, perfecto, con tres victorias en otros tantos compromisos.
La batalla se presumía trepidante. La necesidad de Polonia se medía a la infinita ambición de la selección española, consciente de que en juego estaba algo más que el honor de culminar el torneo como primera de grupo. Y fue precisamente la ansiedad la que condenó al cuadro de Bogdan Wenta, que encajó un parcial de salida (4-0), que le dejó grogui para el resto del choque. España, por su parte, entró en la pista como si necesitara la victoria para alcanzar la gloria olímpica, lo que se tradujo en una frescura de piernas tanto en defensa como en ataque, que terminó por descomponer a su adversario.
Las intervenciones de Hombrados abrieron el camino para el fulminante contragolpe español que arrinconó al conjunto polaco, incapaz de frenar el incesante bombardeo al que le sometió la selección nacional, con una demoledora eficacia ofensiva que le llevó a rozar la veintena de dianas en la primera entrega.
A Polonia solo le quedaba recurrir a la épica para intentar voltear un partido que había encontrado a su dueño durante el primer tiempo. Los de Wenta intentaron reaccionar, pero el marcador cayó sobre su juego como una losa inamovible que les sepultó a manos del espectáculo que brindó la selección española a los aficionados presentes en el Centro de Tecnificación de Alicante.
España no retiró el pie del acelerador en ningún momento y no permitió que Polonia tuviera al alcance el más mínimo atisbo de reacción. El duelo, prácticamente resuelto en los primeros treinta minutos, echó el telón en los albores de la reanudación, cuando el equipo de Valero Rivera estabilizó la renta en diez goles. El resto del segundo acto solo sirvió para certificar la enorme superioridad del conjunto nacional sobre un adversario roto en defensa y asfixiado por Hombrados, sin duda el mejor jugador del encuentro, en ataque. Los de Wenta depusieron armas y se resignaron a su suerte, a perder el billete para Londres 2012, ahora en propiedad de Serbia y, cómo no, de La Roja.