Llegaba el turno de la segunda semifinal en el Polideportivo Ciudad Jardín, con el Barça y el Sporting CP disputándose la presencia en la final de la Supercopa Ibérica. Un partido muy atractivo entre el vigente campeón de Liga ASOBAL y de EHF Champions League y de la Taça de Portugal, respectivamente, que no iba a dejar indiferente a nadie.
Era el conjunto portugués el que empezaba mandando sobre el 40x20 gracias al gran papel de los talentosos hermanos Costa. Kiko y Martim cogieron las riendas de su equipo y consiguieron superar a la defensa culé con relativa facilidad, logrando tres goles de ventaja (2:5) que les dieron aire en el comienzo del choque.
El ritmo del encuentro fue subiendo con el paso de los minutos y, con el Sporting CP cómodo sobre el terreno de juego, era el Barça el que tenía que dar un paso adelante y demostrar su condición de vigente campeón de Europa sobre la pista. El Barça se encomendaba a los imparables lanzamientos exteriores de Dika Mem y al incansable papel de Ludovic Fabregas en el pivote para mantenerse en el partido, después de que el Sporting lograra una diferencia máxima de 5 goles en la primera mitad (12:17).
Tres goles de Salvador Salvador y dos tantos de Mamadou Gassama en la recta final del primer período fueron decisivos para que el Sporting se marchara al descanso con un 16:20.
La reacción del Barça no se iba a hacer esperar: un parcial de 3:0 colocaba, en tan solo un minuto y medio, al campeón de Europa a uno (19:20). A partir de entonces, azulgranas y portugueses se intercambiaban golpes para mantener la igualdad hasta el minuto 40.
Sporting CP trataba de dar un nuevo arreón y se colocaba dos arriba (24:26), pero Hampus Wanne ponía, con tres goles consecutivos, de nuevo al Barça por delante. El toma y daca era constante en Ciudad Jardín, y la afición disfrutaba de un auténtico partidazo.
Con el partido tan igualado, que parecía que se iba a decidir por detalles, aparecía el héroe azulgrana: su capitán Gonzalo Pérez de Vargas. Cada acción de ataque del equipo lisboeta era detenida por el guardameta toledano, que terminaba llevándose la ovación de todo el público malacitano. Un auténtico recital de paradas que permitía al Barça mantener la iniciativa en el electrónico en los últimos compases, y ello unido a su experiencia hacían el resto: victoria por 37:34 y clasificación para la gran final ante el FC Porto.
Fotografía: RFEBM / J.L. Recio