Cuando ayer publicábamos la triste noticia del fallecimiento de Juan Manuel Gozalo, supimos que el deporte, además de su familia y amigos, perdía uno de sus referentes, y sobre todo modalidades como el balonmano, que siempre despertó su admiración, abriendo sus ventanas radiofónicas para ganar esos, como el decía, “preciados minutos necesarios para promocionar el deporte”.
Ha sido maestro de periodistas. Santiago Peláez recuerda en su artículo del diario Marca, sus inicios profesionales, “que se remontan a la guerra profesionalmente sana pero desgarrada que mantuvo, en la páginas de Pueblo, diario del que su padre era jefe de talleres, con otro coloso contemporáneo de la profesión, José María García. Por entonces, en 1970, ambos eran jóvenes reporteros, ambiciosos e infatigables, que se quería comer el mundo”.
Peláez prosigue afirmando que “Ha muerto con las botas puestas, con el micrófono puesto, respirando periodismo por todos sus poros y haciendo Radio (con mayúsculas) hasta las últimas gotas de su vida. Una vida intensa de la que ha ido llevándose todo los bueno que se puede gozar y todo lo malo que se puede padecer. Porque, de la misma manera que era apasionado en el comentario de la actividad, lo era en su vida privada. Vivió para vivir, para amar, para sufrir, y ha muero luchando con inmensa gallardía contra ese perro rabioso llamado cáncer, al que planteó fiera batalla”.
Paco García Caridad, director de Radio Marca, expresaba hoy en la columna de opinión publicada en Marca bajo el título “Un periodista enorme”, que Juan Manuel Gozalo “era independiente, como reconoce todo el mundo. Y como tal ha tenido que soportar las discrepancias de personas e instituciones. Cuando Jaime Gutiérrez-Colomer, el director general audiovisual de Unidad Editorial me puso encima sobre la mesa el nombre de Gozalo, tardamos cinco minutos en cerrar todo para su debut en esta casa. Y debutó, vaya si debutó, como un niño con zapatos nuevos y con toda la fuerza del mundo…”
Juan de Dios Román, presidente de la R.F.E.BM. es amigo personal de Gozalo desde tiempos pretéritos, colaborando con él en ésta, su última aventura en Radio Marca, junto a otro de sus inseparables Carlos Toro, que hoy, con esa pluma sincera y locuaz, firmaba una columna en Marca bajo el epígrafe “La última tertulia de un torbellino de vida”.
Toro, en una semblanza a los últimos días del maestro, explica que “nadie sino él podría haber hecho nada parecido cuando las fuerzas ya no existían y sólo el inmenso coraje físico y moral de un hombre enamorado hasta la muerte, si, hasta la muerte, de su profesión, del deporte, de la radio, hacía posible el milagro de la comunicación. Con la radio se agarraba cada mañana a la vida; y la vida se lo permitía gustosa, porque Juanma siempre había rendido culto y pleitesía, y la había amado y vivido apasionadamente...
Juan de Dios Román, Ramón Trecet, Juan Ignacio Gallardo y el autor de estas líneas (Carlos Toro) tuvimos el amargo honor de compartir su última tertulia. Calló entonces su micrófono. Que guarden hoy un minuto de silencio todos los micrófonos de España. Todos los micrófonos del mundo”
José María Coto, Jefe de Deportes del Telediario, se sumaba a estos recuerdos en la página web de Radio Nacional. “Permitidme que os diga que soy un tipo de suerte. Tengo un buen trabajo, una buena familia y buenos amigos. Pero este comentario no trata de mí, trata de Juan Manuel Gozalo. Y digo que tengo suerte porque durante casi dos décadas aprendí todo lo que sé de esta profesión a su lado, al lado del visceral, discutidor, contradictorio y profundamente humano Gozalo.
Durante muchos años recorrí el pasillo de la Casa de la Radio, de la Redacción al Estudio, junto a Juanma y a Miguel Ángel Fernández Devesa. Ninguno de los tres, ni estirando mucho el cuello, superábamos el metro sesenta. Y la primera inyección de optimismo, antes de empezar Radiogaceta de los Deportes, era el comentario de un viejo locutor, Fernando Molero, que al ver al grupo decía: "Fíjate, han desmontado el futbolín". Después del programa, El Rubio, respiraba profundamente y me decía: "Pedazo de programa hemos hecho hoy".
Once Juegos Olímpicos, diez Mundiales de fútbol, miles de programas en la Radio... Cuando Gozalo hablaba, lo suyo era callar y escuchar. Marcó un estilo y su estilo nos marcó a muchos. Sabía de deportes de los que los demás ni siquiera habíamos oído hablar. Y nos transmitió una obsesión a los que trabajamos con él. Hacíamos Radiogaceta "de los Deportes", de todos los deportes. A eso de media tarde empezaba a escribir su largo comentario, que marcó historia en el periodismo radiofónico. Con talento, con humor, con una pluma que lo mismo acariciaba que se hundía hasta lo más profundo”.
Y así tantos y tantos compañeros que, desde el respeto, admiración, y muchos desde el cariño más profundo, nos sumamos hoy a este improvisado homenaje para quien fuera defensor a ultranza de los valores del deporte.
Juan Manuel Gonzalo nos dirá su adiós definitivo esta tarde (18:00 h.) en la Iglesia Parroquial de San Roque, en su Sardinero querido, en pleno corazón de su Cantabria del alma. Hasta entonces, sus restos reposan en el Tanatorio de El Alisal.
Descanse en Paz.
