Año 1994. Nuestro protagonista iniciaba su trayectoria deportiva en la élite en el Puleva Maristas Málaga, tras ascender a la máxima categoría anteriormente al Huétor Tájar. Año 2021. 27 años después, continúa deteniendo balones bajo palos a tan solo unos kilómetros, en el Iberoquinoa Antequera. Ahora, tendrá la oportunidad de volver a participar en una Copa de S. M. el Rey. Diego Moyano es, a sus 51 años, el jugador más veterano en la historia de nuestro balonmano en disputar esta competición.
Cuando comenzó su primera aventura en la Liga ASOBAL con el conjunto malagueño, tan solo 8 jugadores de su actual equipo habían nacido, lo cual dimensiona la longevidad de la carrera deportiva del meta de origen alicantino. "Cuando uno empieza tiene muchos objetivos pero uno de ellos no es ni mucho menos ponerse una meta en cuanto a la edad, todo esto entra en la evolución de un jugador, piensas que te gustaría seguir jugando y poco a poco te lo vas planteando", asegura Moyano cuando se le pregunta sobre si realmente pensaba llegar a acumular tantos años compitiendo al máximo nivel.
La ilusión por volver a estar en una fase final de Copa es máxima para Diego Moyano, y no es para menos: hacía 19 años que no disfrutaba de una, lo hizo con Balonmano Valencia en Santander 2003. Anteriormente también había disputado otras con equipos como el propio Puleva Maristas, Balonmano Valladolid o Balonmano Gáldar -dirigido entonces por Jordi Ribera, donde alcanzaron una semifinal-. "Los recuerdos abarcan todo, desde los propios partidos, las sensaciones, el ambiente, los equipos de primera talla mundial a los que nos enfrentábamos, con jugadores reconocidos en todo el planeta... poder haber estado en todas estas Copas del Rey es algo único y que siempre recuerdas", reconoce Moyano.
A lo largo de su carrera deportiva, el alicantino ha tenido también la oportunidad de debutar con los Hispanos, colgándose la medalla de bronce en los Juegos Mediterráneos Bari 1997. Diego Moyano ha vivido todas las épocas del balonmano español de clubes y el paso de diferentes generaciones: "Habiendo jugado durante tantos años me he podido enfrentar a los mejores del mundo -Dujshebaev, Sterbik, Perunicic, Iakimovich...-, eso queda ahí para siempre y me siento afortunado de vivirlo y durante tanto tiempo".
Seguir jugando con 51 años le ha permitido a Moyano vivir situaciones que él mismo tilda de "curiosas", como enfrentarse a varios hijos de jugadores a los que se enfrentó o con los que compartió vestuario dos décadas atrás: "Son bastantes, la lista puede ser muy larga pero así, a bote pronto, los Dujshebaev, los Kisselev, los Cabanas, los Rubiño, los Márquez... cuando juego contra los hijos siempre les doy recuerdos para sus padres".
Por primera vez, el portero alicantino vivirá una fase final como anfitrión en Antequera, algo que "es una responsabilidad, como local vas a tener un poco de presión por querer dar una imagen de cara a los medios, aficionados y la ciudad en general, quieres que las cosas salgan lo mejor posible porque la afición va a responder, Antequera respira balonmano, y tenemos una gran oportunidad para dar alegrías a nuestra gente y resarcirnos de esta temporada complicada que estamos teniendo". Dicho sea. Disfrutemos un año más, con 23 o con 51 años, de Diego Moyano. El sempiterno guardameta del Iberoquinoa Antequera.
Fotografía: Andrey Sapizhak