En el autocar que lleva a las jugadoras de la selección española de regreso al hotel tras la derrota en semifinales frente a Francia (27:23) sólo se escucha el silencio. Las lágrimas han quedado en el vestuario, aunque todas las jugadoras tienen la mirada perdida y la mente puesta en esa u otra acción que no dio los réditos esperados.
Lejos de vivir la satisfacción de disputar por primera vez en la historia una semifinal de un Mundial, este grupo de luchadoras, reivindicadoras del balonmano femenino español, está hundido por no haber podido fraguar el sueño de colarse en la gran final.
Pero ahora toca reponerse, y Begoña Fernández, la magistral pivote gallega, abandera ese espíritu de superación.
“Estamos mal. Francia nos ha anulado, han realizado una gran defensa, nos han quitado todos los argumentos ofensivos, no hemos dispuesto de claras ocasiones de gol. Además hoy no hemos estado bien atrás, seguramente también porque el ataque francés se basa en trayectorias largas que nos han generado muchos problemas. Sinceramente creo que nos han tomado la medida”.
Y ahí es donde Begoña hace más hincapié, “porque nuestro punto fuerte es la defensa, y gracias a ella hemos llegado hasta aquí, como ocurrió en el Campeonato de Europa de Macedonia. Sabemos que nuestro ataque es más limitado y con defensa tan fuertes como la francesa se muestran nuestras carencias. Pero atrás no hemos estado acertadas”.
Sin lugar a dudas es muy doloroso haber acariciado la oportunidad histórica de habernos metido en la final, pero ahora toca recuperar, digerir este varapalo y pensar que el domingo (9:30 hora española), es otro día marcado para luchar por el bronce.
“Ahora debemos hacer una lectura del partido de hoy, saber en que hemos fallado y recuperarnos anímicamente para el partido del domingo, porque ahí vamos a luchar por el oro y debemos dar lo mejor de nosotras mismas”.