Pesar, abatimiento, desconsuelo, y un largo etcétera de sustantivos podrían añadirse para expresar el sentimiento que reinaba en el vestuario español tras la derrota con Corea del Sur (primera en los trece partidos disputados contando el del día de hoy), que remite a la selección bronce en los pasados Juegos Olímpicos de Pekín al “infierno” de tener que disputar la Copa Presidente.
Con el semblante desencajado, Valero Rivera, emocionado y con voz temblorosa, no podía contener su calvario; “¡qué desastre, qué dolor!”.
Un ganador como Valero no llegaba a encontrar palabras para describir el sentimiento generalizado de la expedición española. “¿Y ahora jugamos en Pula? ¿Con qué selecciones?", preguntaba el seleccionador a los propios periodistas.
Los rivales, que ya se conocían porque el grupo A había jugado con anterioridad, obviamente no son del nivel esperado, Argentina, Australia y Rumania. "No puede ser, esto no puede ser", afirmaba incrédulo aún el técnico.
"Nunca pensé que no pasaríamos a la segunda fase. Llevamos el peso del dolor. Ahora tenemos que pasar una semana muy dura. Ha sido otro palo duro, aunque más duro fue la derrota con Croacia. De los tres partidos, ha sido en éste en el que hemos estado cerca de nuestro nivel, pero el resultado final es desastroso. El equipo querido dignificar al balonmano español, pero los árbitros han sido sibilinos, en acciones en las que nos han impedido romper el partido, y al final lo hemos pagado. Con un arbitraje imparcial no perdemos", certificaba Rivera.
"Los jóvenes que han venido se van a llevar un dolor que no lo van a olvidar nunca", manifestaba el técnico, minutos antes de partir para el hotel junto con el resto del equipo.
“Pido disculpas a todo el país”
Iker Romero, uno de los veteranos, acudió junto al seleccionador a la rueda de prensa. Abatido, cabizbajo y con los ojos humedecidos, ha tenido que ser Valero quien, animosamente, le hiciera varios guiños para recomponer la figura de uno de los referentes del equipo.
"Pido disculpas a todo el país por lo que hemos hecho y por la que hemos preparado. Estoy muy dolido por mí, pero mucho más por los jóvenes que han venido aquí con mucha ilusión", certificaba el jugador.
Con el oro de Túnez, la plata de Suiza y el bronce de Pekín, Romero se sinceraba, afirmando que "cuando ganamos en Túnez sacamos mucho pecho, yo el primero. Ahora pido disculpas. Me imagino que los demás jugadores opinan lo mismo. Los jóvenes que han venido a la selección no tienen ninguna culpa del desastre que se ha preparado. Nunca pensé en este descalabro".
"Lo de Suecia fue un mazazo muy grande; el de Croacia, más aún, y el de hoy es increíble", comentó.