Motive.co Gijón recobró este viernes la senda de la victoria tras ganar a Mecalia Atlético Guardés en el Partido Estrella de la Jornada 4 (24:22; 15:10 en el descanso). El equipo asturiano, sostenido por una imperial Raquel Álvarez, se desquitó de sus dos anteriores derrotas y frenó las aspiraciones del conjunto miñoto, que sigue sin sumar lejos de casa. De esta manera, las gijonesas se sitúan octavas con 4 puntos; los mismos que las guardesas, quintas.
Gijón salió con brío, a despejar las dudas de las anteriores fechas. Abrió el marcador un latigazo de Mina Novovic, una de las mejores noticias del conjunto gijonés en este arranque de temporada. La montenegrina de 19 años, fichada de Salud Tenerife, se está asentando como una de las referencias ofensivas del plantel de Cristina Cabeza. Tras un inicio algo accidentado, con una mezcla de incertidumbre y respeto por parte de ambos contendientes, el partido ganó en ritmo e intensidad. Novovic (6 tantos en el primer tiempo) y Cristina Cifuentes lideraban los ataques frente a unas tensas defensas.
En esos envites iniciales se fue acomodando Gijón, remozado, con la confianza que echó en falta en las dos últimas jornadas. Las paradas de una felina Raquel Álvarez y la exclusión de Carla Gómez favorecieron la máxima ventaja de las locales en el marcador poco antes del ecuador del primer tiempo (9:5). Así las cosas, Abel González llamó a capítulo a sus jugadoras para reordenar ideas. Miriam Sempere sustituyó a Marisol Carratú en la portería guardesa y Pauli Fernánez debutó en el conjunto miñoto, que metió una marcha más en ataque.
Pese a la mejoría del juego visitante, Raquel Álvarez (7 paradas, 3 desde los siete metros) se interpuso entre Mecalia Atlético Guardés y la remontada con un excelso primer tiempo bajo palos. Gijón, aunque más espeso en la ofensiva, logró mantener una renta de cinco goles para controlar el partido en el descanso (15:10).
La segunda parte comenzó con luces y sombras para Guardés. Por un lado, Álvarez mantuvo la persiana bajada, mientras que, por el otro, Carratú volvió a la meta miñota y respondió con dos paradas en unos primeros cincos minutos en los que apenas se movió el marcador (16:11). No bajó los brazos el conjunto gallego, que poco a poco se fue abriendo paso. Patricia Lima, directora de orquesta, sacudió a su equipo, que redujo la distancia a falta de 15 minutos para el final (19:16) con un parcial de 0:3.
Cristina Cabeza vio asomar los fantasmas de las jornadas anteriores y paró el crono para evitar la desconexión de sus jugadoras. Las piernas y la cabeza pesaban en las filas gijonesas. Entró en juegó la veteranía de figuras como Paula Valdivia, impecable desde los siete metros, que ejerció de líder en el tramo final. La plantilla asturiana respondió y recobró la ventaja con la misma medicina: un parcial de 3:0 (22:16).
Y contraatacó Guardés. Los nervios y la precipitación pasaron factura a las locales, que lamentaron sus fallos con un 0:4 en contra. La afición del Inferno de A Sangriña presente en las gradas de La Arena entonaba el “¡Sí se puede!”, alentando el arreón final que puso a las suyas a dos tantos a falta de cinco minutos para el pitido final (22:20). Las pérdidas en ataque y los errores de lanzamiento locales apretaron el choque en un intenso final que puso el partido en un suspiro (23:22). Cuando el equipo miñoto rozaba el punto, Paula Valdivia puso el tanto definitivo y defensa astur hizo el resto para amarrar el deseado triunfo (24:22).
Fotografías: Valetín Glez. de Garibay / Motive.co Gijón