Mañana se baja el telón al Campeonato del Mundo femenino China ’09 y la selección española, impregnada por la épica de lograr una histórica medalla de plata en el pasado Campeonato de Europa Macedonia ’08, y el pase a las semifinales en el presente Mundial, tiene la oportunidad de reescribir una página gloriosa.
Enfrente Noruega, una clásica de los últimos doce meses. En un año, el duelo hispano-nórdico se ha repetido en tres ocasiones, y en menos de 24 horas se vivirá el cuarto capítulo de este serial.
Han sido doce meses de esperanza, en los que España se licenció en la elite mundial, doctorándose en China. Y este último año ha servido, no sólo para que el equipo dirigido por Jorge Dueñas se mida de igual a igual, sino para que en determinados momentos sacara los colores a la vigente campeona olímpica.
En el Europeo de Macedonia, España dio muestras palpables de ese espíritu que envuelve a un grupo de jugadoras genial. Era el debut en la primera fase y la igualdad fue la nota predominante. Sin embargo las noruegas rompieron el partido a falta de 5 minutos para la conclusión colocándose 4 arriba, (20:16). Fue entonces cuando brotó la grandeza de este equipo. En cinco minutos arrollaron con desparpajo e insolencia a la catedrática Noruega, llegando al final con un gol de Andrea Barnó sobre la bocina que supuso el empate a 21, cimentando los pilares de la reciente y brillante historia de esta selección.
Tras un Europeo inmaculado, ambos equipo se volvieron a ver en la final. Pero ahí España llegó solo con la gasolina necesaria para sobrevivir los primeros treinta minutos. El segundo acto fue un epílogo inmerecido pero justo. Plata para España y los brillos del oro para la mejor Noruega.
En este Mundial se vivió la tercera entrega en lo que a protagonistas se refiere, incluso hasta en el resumen final. Pero la intrahistoria ha sido muy diferente.
Último partido de la primera fase, España con la plaza de semifinales ganada de antemano, y Noruega jugándose el ser o no ser en el torneo. Con todos los ingredientes en la coctelera, el equipo de Jorge Dueñas realizó los mejores treinta minutos que se han visto en los catorce días que llevamos de Mundial.
Exhibición en defensa, soltura y eficacia en ataque, una portería infranqueable; treinta minutos perfectos. Luego llegó el bajón, el exceso de confianza, la falta de concentración, a la que se mezclaron los nervios y precipitaciones de última hora. Pero mañana todo comienza de nuevo, y esta historia deberá tener el mismo prólogo que lo vivido hace cinco días, pero además con un final feliz, porque este grupo compacto formado por técnicos, oficiales y jugadoras, merecen que la suerte les complemente los argumentos de su buen juego. El balonmano se lo debe.
La cita, mañana domingo, a las 9:30 h., en directo por Teledeporte.