Todavía con el corazón acelerado. Así afrontan los Hispanos el choque de semifinales de los Juegos Olímpicos de París 2024 ante Alemania, previsto para mañana, a partir de las 16:30 h., en el estadio Pierre Mauroy de Lille. Una barrera que España encara por quinta vez en su historia, con el deseo de romper al fin el maleficio y jugar su primera final olímpica.
Hablamos, esta vez, del segundo partido entre españoles y alemanes en el torneo olímpico, dado que se enfrentaron hace justo una semana. La gran diferencia, sin embargo, es el cambio de escenario... y todo lo que ha sucedido por el camino.
París es uno de los lugares más icónicos del mundo, eso es indudable, pero en Lille los deportistas se han encontrado con un estadio Pierre Mauroy monumental, habilitado para la práctica del balonmano, y en el que en todos los partidos se han congregado más de 20.000 almas para disfrutar de este bello deporte. Esto, que supone un estímulo para los jugadores por un lado, podría representar un elemento de presión por contra. Es decir, disfrutaremos de una atmósfera a la altura de unas semifinales olímpicas.
Respecto a la trayectoria, ambos rivales comparten algo: se han visto eliminados en cuartos de final. España tuvo que remontar 4 goles de diferencia a Egipto en los 10 minutos finales, y Alemania perdía por la mínima a falta de 6 segundos con balón a favor del conjunto galo. Los Hispanos, a través de permutas y alternativas tácticas, solventaron la papeleta; y 'Die Mannschaft' lo hizo con pundonor, forzando el fallo de uno de los mejores jugadores del mundo.
Caminos, ambos, que conducen a un mismo fin, pero que reflejan perfectamente la forma de proceder de uno y otro. Y esto no significa que España no tenga pundonor –le sobra, de hecho–, pero sí que dispone de recursos tácticos que le permiten hacer frente a toda clase de oponentes. Alemania, por su parte, se distancia bastante del clásico modelo germano –con jugadores talentosos en el uno contra uno como Juri Knorr o Renars Uscins–, pero todavía conserva un físico portentoso que saben explotar de maravilla. Y, en ese sentido, el gran peligro lo representa Johannes Golla, probablemente uno de los pivotes más determinantes del mundo en estos momentos.
Capítulo a parte merece su portería, porque si nos referíamos en la previa del primer partido a Andreas Wolff como una muralla a considerar, en aquel choque sufrimos en carne propia la inmensidad de David Späth, cancerbero suplente de Alemania que hizo la vida imposible a los atacantes españoles.
Y esto es, en esencia, lo que podemos esperar de las semifinales olímpicas de mañana, entre dos rivales que se han visto las caras 59 veces a lo largo de la historia, con un balance favorable a los Hispanos (36 partidos ganados y tres empates) pero con un último precedente que sonríe a los germanos.
Y no nos olvidemos: los Hispanos aspiran a entrar por primera vez en su historia en una final olímpica.
"SEGURAMENTE TODO SE DECIDA EN LOS ÚLTIMOS SEGUNDOS"
Algunos de los integrantes del equipo español ya saben lo que significa jugar una semifinal de los Juegos Olímpicos, como es el caso de Álex Dujshebaev, segundo capitán de los Hispanos, que reconoce afrontar la cita de mañana "con muchas ganas, con ilusión, esperamos un mejor resultado; pero sabemos que Alemania está jugando a gran nivel, ya nos enfrentamos a ellos y perdimos". Vaticina, por tanto, "un partido parecido, igualado y que seguramente se decida en los últimos segundos".
Además, señala que "es básico nunca rendirse, no bajar los brazos, luchar hasta el pitido final, porque muchas veces los partidos se deciden por persistir".
Sin embargo, un grupo importante de jugadores del combinado español se enfrenta por primera vez a una semifinal olímpica, caso de Javier Rodríguez, pivote del Barça, que afirma que "hace un mes se veía lejos esto, pero una vez estás en semifinales, lo único que buscas es aprovechar la oportunidad, aunque sabemos que va a costar mucho trabajo".
El madrileño reconoce que "esperamos un resultado diferente, hemos jugado contra ellos, ya les conocíamos, y esperamos que eso nos ayude, sabemos el tipo de equipo que es". Además, coincide con Álex Dujshebaev: "hemos visto muchas remontadas en estos Juegos Olímpicos, no podemos bajar los brazos, tampoco fiarte de nadie".
Fotografía: Sasa Pahic Szabo / IHF / Kolektiff
