Las chicas de Sagrario Santana finalizaron en décima posición en el Campeonato del Mundo celebrado en Corea del Sur. Encuadradas en un primer grupo donde la favorita, a priori, era Hungría, como finalmente se demostró, las chicas cumplieron en su primer partido ganando fácil a Australia. Pero en el segundo se produjo el resultado que hizo que el torneo se complicase sobremanera, ya que se empató con un rival en teoría, inferior como era Brasil. Los dos siguientes partidos contra Japón y Tailandia se saldaron con cómodas victorias para las nuestras, y en el último partido contra Hungría se perdió por un ajustado 25-27. Estos resultados hicieron que España pasara a la siguiente fase con la obligación de ganar todos sus partidos si quería meterse en semifinales. En el primer partido de la segunda fase se sufrió para ganar a Montenegro (a la postre tercer clasificado), por 24-23, una victoria de un valor extraordinario ya que Montenegro venció todos los partidos de su grupo, incluyendo a Rusia, y era señalado como las grandes favoritas para conquistar el título. Esta gran victoria nos mantenía con opciones de seguir luchando por entrar en semifinales; un sueño que se esfumó al perder el siguiente partido ante Rusia, actual subcampeona del torneo, por un claro 29-22. Esto dejaba al equipo sin opciones de semifinales, y sólo podían aspirar a quedar quintas. Con la moral baja, España finalizó la segunda fase con una derrota frente a Suecia y, finalmente, quedó relegada a la décima plaza al caer con Serbia.
