Antequera es una de las grandes cuna andaluzas de balonmano. Sus encaladas calles, que aglutinan un extenso patrimonio arqueológico y arquitectónico, junto a un entorno natural único en Europa, han sido testigos mudos de un historial deportivo en el que el balonmano siempre ha adquirido un protagonismo esencial en el propio desarrollo de la urbe.
Hace 49 años nació en Antequera el protagonista de este reportaje, José Luis López León, profesor de EGB, o como actualmente se tilda, ‘maestro’, cuyo destino personal le ha vinculado muy estrechamente con nuestro deporte, hasta convertirse en una de sus grandes pasiones, casi me atrevería a catalogarlo como fervor.
José Luis, que nada tiene ver con el histórico Rafa López León, tuvo su primer contacto con el balonmano presenciando un partido, “en el que conocí a mi mujer, Nani Pérez”. Fue su verdadero bautizo con esta modalidad, cuando corría la temporada 1978/80, “recuerdo que veía jugar por televisión a Urdangarín y a aquel Barcelona excepcional”.
El gran hobby de nuestro protagonista es el atractivo mundo de la filatelia, sellos de aquí y de allí, nacionales y extranjeros, actuales y sobre todo pretéritos, curiosos y de catálogo. Su profesión por el universo filatélico le brotó a los 14 años.
Pero desde que conoció a su mujer, y sus dos hijos, José Luis y Pablo dieran sus primeros pasos con el balonmano, su hobby también dio un giro espectacular.
“Yo soy un amante de la filatelia, pero nunca había buceado en temas deportivos. A partir de ese momento investigué. Me costaba encontrar por balonmano, así que fui probando por Handball, y aquello me comenzó a enganchar”.
Conseguía arrancar minutos y horas al día, ya que tras su labor diaria en la docencia, se veía complementada por su aportación anónima y desinteresada al club de balonmano antequerano, donde se implicó siempre “echar un mano”, y una vez que llegaba a casa o tenía un pequeño rato, “me imbuía en la búsqueda de sellos de este deporte”.
Hace dos años, en la Copa de S.M. El Rey disputada en Antequera, José Luis realizó una pequeña exposición “mostrando los primeros pasos que había dado encontrando sellos de balonmano, en torno a 9 o 10 páginas en formato catálogo, y realicé un sello personalizado para la Minicopa”.
Desde entonces ha seguido investigando. Con meticulosidad y rigor, sus inmersiones en internet como destino de búsqueda suponían 4, 5... horas diarias, “sobre todo porque quería conocer cuántos sellos existían de balonmano, así que me fui fabricando un catálogo ya que no existía, y los que hay mezclan deportes”. Y desde entonces todo ha sido una espiral. 20 páginas, 30, 40,... “hasta las 70 con 320 sellos distintos, muchos de ellos propios de balonmano, y algunos otros con detalles de balonmano en su historiado”.
Su trabajo sigue, es la pasión perpetua, para él, perfecta. “Ahora estoy investigando sobre las colecciones de los Juegos Olímpicos en los que existan sellos de balonmano”.
Interrelacionado con otros enamorados de la filatelia, como su ya ‘’gran amigo asturiano Ignacio Sendín, apasionado de este mundillo, que me ha mandado algunas cosas que tenía”, José Luis ha dado otro salto cualitativo.
“Empecé con sellos y ahora estoy buscando también pruebas de blanco y negro. Esto es si cabe más complicado y, por supuesto también más caro, porque las hay desde las que cuestan 20€, hasta algunas que tienen un valor de 360€. Son difíciles de encontrar y mucho más de comprar”.
El mundo del coleccionista “no tiene fin”, afirma José Luis, “porque, por ejemplo, he encontrado algunos sellos personalizados, sobre todo en Alemania, donde hay ejemplares del Kiel”.
En los últimos días, este malagueño ha compuesto un catálogo con más de 200 páginas, “ordenándolas por competiciones, JJ.OO., Campeonatos del Mundo, de Europa. También querría hacer un catálogo de matasellos, pero eso es todavía más complicado”.
Algunos se preguntarán ¿es caro coleccionar? José Luis no da luz. “Coleccionar no es caro, pero desde luego te aseguro que no hay una pretensión de ganar dinero con ello, porque es imposible. Es una satisfacción personal, para que la gente lo vea, que lo conozca y lo disfrute”.
Por eso, la exposición que hizo en 2009, o las futuras, que a buen seguro hará, tienen un único fin, divulgar una parte más de nuestro deporte.
Ya participa en el Club Filatélico de Málaga, y ahora, a buen seguro, José Luis López León estará dándole vueltas a dónde y cómo conseguir ese sello, esa prueba a blanco y negro que sabe que existe y quiere poder enseñarnos en los próximos días.
Por eso, desde la R.F.E.BM. hemos querido brindar este modesto homenaje a un apasionado más al balonmano, lejos de las canchas, pero abriendo una brecha de sabiduría y entusiasmo a través del mundo de la filatelia.
*Se adjuntan algunas páginas del catálogo con diversos sellos.
