Hispanos... ese equipo acostumbrado a subvertir el orden establecido; que en 2018 parecía defenestrado en los compases finales de la Main Round, pero que conseguía finalmente renacer de sus cenizas para conquistar el título por primera vez en su historia; que en 2020 se sobrepuso al primer Campeonato de Europa con tres sedes y lo hizo suyo sin conocer la derrota. Ahora en 2022, la propia historia es la que acude a la cita de mañana en Budapest (18:00 h., en directo por La 1) porque el equipo español amenaza con otra gesta: convertirse en el segundo equipo en la historia que se alza con el trofeo continental por tercera vez consecutiva.
Irónicamente, el primer equipo en conseguir tal hazaña es el único que podría evitarla mañana: Suecia. La gesta, además, supondría romper una de esas reglas no escritas que todo el mundo conoce: si te has cruzado con un equipo durante el torneo y le has ganado, normalmente eres derrotado si hay un segundo envite. Y muy probablemente, el deseo de venganza en el conjunto escandinavo sea alto... bien por su derrota en la Preliminary Round, bien por su derrota en cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Tokio, bien por la final de 2018. Es decir, que podemos señalar claramente que todos los factores están en contra de los Hispanos... salvo por el minúsculo detalle de que este equipo se maneja perfectamente en la adversidad, que ya sabe lo que es rehacer la historia a su voluntad.
Suceda lo que suceda en la final de mañana, el Campeonato de Europa de Hungría y Eslovaquia 2022 va a suponer una catarsis para los Hispanos. Renovar la columna vertebral del equipo y acudir sin hombres de la talla de Raúl Entrerríos, Viran Morros o los hermanos Dujshebaev hacía pensar –hasta al más optimista– en otro escenario distinto. Pero... el que dirige este barco es Jordi Ribera, un mago de la estrategia y, sobre todo, un formador sin parangón. Y es que, desde su aterrizaje en el banquillo en 2017, ha cincelado paso a paso a este equipo, generando un estilo propio, una idea, replicada en la base con el objetivo, como él mismo ha repetido en diferentes entrevistas, de minimizar el impacto que supone alcanzar la categoría absoluta para las futuras hornadas de Hispanos.
Dentro de la pista, otros jugadores han aprovechado el momento para dar un paso al frente y asumir el liderazgo. El primero, sin lugar a dudas, es Gonzalo Pérez de Vargas. Y es que el meta toledano es el número uno, indiscutiblemente. Ayer, ante Dinamarca y con el gran Niklas Landin de testigo, se convertía en el último muro de los Hispanos, el más alto de todos. Bajo ese rostro inocente –incluso juvenil a pesar de sus 31 años– se esconde una personalidad única y una jerarquía en pista y sobre sus compañeros que es evidente: ha crecido desde joven acompañado de los mejores y más carismáticos jugadores, ha aprendido a impregnarse de ello, y ahora es su momento.
Gedeón Guardiola ha heredado un brazalete de capitán cargado de mucha responsabilidad; Joan Cañellas volvía para aportar su enorme experiencia, y ayer seguramente hizo uno de sus mejores partidos –el mejor, quizá– con la elástica española; Ian Tarrafeta y Agustín Casado han demostrado en su primer gran torneo que están hechos para este equipo. Pero.. el puñal de los Hispanos no es el más alto, ni tampoco el más musculado. Destaca por su inteligencia, por su temple, por su saber estar, por su descaro –más allá de que lejos del 40x20 y delante del micrófono parezca tímido y reservado–. Todos los focos señalan a Aleix Gómez, el extremo derecho del Barça –de a penas 24 años– que ayer se convertía en la gran pesadilla de una Dinamarca que, claramente, no supo medir a su rival de semifinales.
Argumentos de sobra para soñar, a pesar de que todos los tópicos y reglas no escritas están en contra. Tampoco importa en verdad... hablamos de los Hispanos.
Jordi Ribera: "el partido de mañana es independiente a todos los demás"
Sábado de descanso, previo a la gran final de mañana, día de preparar mentalmente al equipo. Jordi Ribera ya trabaja en ello: "el partido de mañana es independiente a todos los demás, llega después de un trayecto muy largo, en el que el equipo ha sobrevivido a situaciones complicadas". Pero "el partido de mañana es historia ya, la final de mañana son 60 minutos y lo importante es vivirlo intensamente desde el primer minuto, para ganar vamos a tener que jugar muy bien".
Gonzalo Pérez de Vargas, por su parte, asegura que "hay cansancio pero felicidad y orgullo, el equipo ha demostrado que es capaz de reinventarse con nuevos jugadores, conservando el mismo espíritu de grupo que nos caracteriza". Respecto a Suecia, el meta apunta que "merece estar aquí, y es verdad que les hemos ganado las últimas veces, tanto en los Juegos Olímpicos como en la Preliminary Round, pero en los momentos complicados nosotros sacamos lo mejor de nosotros mismos; la final de mañana está 50-50, ambos somos dos grupos fuertes y unidos".
España y Suecia acumulan un total de 58 partidos en su histórico, con un balance favorable a los Hispanos: 31 partidos ganados, 1 empate y 26 derrotas. Los precedentes de los últimos años son incluso más favorables al equipo español, que ha doblegado a los escandinavos en sus últimos 10 compromisos. La última victoria (30:25) de Suecia, de hecho, data del 9 de enero de 2014, en el amistoso celebrado en Malmö previo al Campeonato de Europa de Dinamarca 2014.
Fotografía: Jozo Cabraja / kolektiff