El domingo a las 18:45 h., el mundo del balonmano estará pendiente de todo lo que acontezca en el Sparkassen-Arena-Kiel, donde los anfitriones, el THW Kiel, campeón de la Bundesliga, recibirá al Balonmano Ciudad Real, campeón de Asobal, o lo que es lo mismo, los dos mejores conjuntos del mundo, equiparables a cualquier selección de primer nivel, frente a frente.
Los manchegos llegan con dos bajas, la del danés Torsten Laen, con esguince de tobillo, y Ales Pajovic, tras sufrir una fractura de escafoides en la muñeca derecha. Los germanos, por el contra, se encuentran en uno de los episodios más convulsos de su historia. Tramas de soborno, malestar de patrocinadores, directivos y ejecutivos que han tenido que abandonar el club, y la más que segura marcha de su jugador franquicia, Karabatic, para el próximo año. Un ambiente hostil que puede ejercer una presión añadida para la final.
Para David Davis, el partido del domingo va a ser “difícil. El Kiel ha vuelto a ganar la Liga y la Copa. Puede que alrededor tengan problemas, pero deportivamente no se ha notado. Karabatic dice que ha sido una mala temporada para él, pero se encuentra en un excelente momento de forma”. El Kiel y el BM Ciudad Real representan dos modelos muy diferentes. Los manchegos reparten minutos y protagonismo y los alemanes concentran todo su poderío en unos cuantos jugadores. “Por distintos caminos hemos llegado al mismo sitio. Ellos juegan ocho todo el año, pero siempre están ahí”.
“Llegamos en un buen momento”
“Ilusión” es el sentimiento que pasa por la cabeza de Rutenka de cara al partido de ida de la ‘finalísima’ en Kiel. Un choque que el BM Ciudad Real ha preparado de manera muy distinta a la tónica seguida en la temporada, y es que el hábito de jugar dos partidos por semana ya se ha perdido. “No es tan fácil estar tantos días pensando todo el rato en un partido como éste”, afirmaba Rutenka.
Según el jugador del BM Ciudad Real: “Llegamos en un buen momento”. Lo que está claro es que los pequeños detalles van a decidir muchas cosas. Para Rutenka “cada error va a costar muchísimo, y ellos van a intentar hacer su estilo de juego, con una velocidad muy alta y corriendo mucho”. Sobre contrarrestar con su propia medicina opinaba que “nosotros tenemos que hacer nuestro juego, porque si pretendemos hacer lo que ellos van a ser mejores que nosotros”.
La inestabilidad que sufre estos días el Kiel a nivel institucional “no tiene por qué afectar a sus jugadores”, a los que Rutenka califica como “verdaderos profesionales y seguro que no les falta motivación”, algo que los alemanes emplearán para dejar un buen resultado de cara a los segundos 60 minutos de la final. Sobre el resultado idóneo, el del Ciudad Real tiene claro que únicamente piensa en “partido ganado, me da igual el resultado, ganando estaría contento”. Los árbitros tendrán mucho que decir, triste o lamentablemente, aunque a Rutenka parece no preocuparle en exceso este tema, ni que los árbitros estén “mirados con lupa”, especialmente en este momento.
No hay cansancio para la final
El central esloveno, Uros Zorman, ha explicado que "no pensamos en el cansancio, porque la Champions sería la tarta. Tenemos energía para el primer partido y después el segundo. Quiero volver a casa con un trofeo más y voy a darlo todo para conseguirlo". Zorman cree que se van a enfrentar los dos mejores equipos de los últimos 4 o 5 años y "va a ganar quien haga menos errores".
Aunque la pareja arbitral es una incógnita, sí se conoce el delegado de la EHF, que será el esloveno Leopold Kalin, junto al representante de la EHF, Frantisek Taborsky.
Aquí adjuntamos enlaces para conocer un poco más ambas plantillas: