La Real Federación Española de Balonmano sigue desgranando a través de la serie #GenBalonmano todas y cada una de las generaciones de jugadoras y jugadores que el balonmano español nos ha ofrecido a lo largo de su historia. La crisis del COVID-19 nos ha permitido hacer un alto en el camino y mirar hacia atrás, recordando con qué mimbres se están forjando los éxitos del presente y del pasado más cercano.
Si hace dos semanas descubríamos a las integrantes de la Generación 1981/1982 de Guerreras, hoy es turno para el plantel de jugadoras que conforman la Generación 1979/1980. Una hornada histórica por varios motivos, entre otros, porque todas y cada una de las integrantes lograron debutar con la selección absoluta y, en muchos casos, ser grandes protagonistas de ella; y, fundamentalmente, por lograr el único oro del balonmano femenino formativo español. España se medía en la gran final del Campeonato de Europa en categoría juvenil de 1997 con Noruega después de una semifinal trepidante, que se decantó del lado español gracias a un gol ‘in extremis’ de Gemma Lujan. La canaria que, a la postre, recibiría la distinción de MVP del torneo, lanzaba el balón con el corazón en la última jugada del partido para meter al equipo en la gran final.
Tocaba buscar la gloria ante la siempre temible Noruega, y España, a las órdenes de Jose Francisco Aldeguer, superaba las expectativas doblegando a las nórdicas por un contundente 20:11, sumando el único oro del balonmano femenino en categoría base. Posteriormente, y ya como Junior, este grupo culminaría su etapa formativa con un quinto puesto en el europeo y con la sexta posición en el Campeonato del Mundo. Pero, sin duda alguna, ese oro tiene claramente su reflejo en el primer metal logrado por la selección absoluta allá por 2008. Hasta 4 jugadoras de esta hornada fueron protagonistas de la medalla que cambió el balonmano femenino. Curiosamente, 748 de los 1025 partidos que este grupo ha aportado a las Guerreras son de ellas cuatro, así como 601 de los 1181 goles. Hablamos de Begoña Fernández, Verónica Cuadrado, Andrea Barnó y Zornitsa Koleva, aunque la jugadora con mayor aporte al combinado nacional es la gran Silvia Navarro, con 208 partidos y 10 goles. Cabe destacar además a Aitziber Elejaga (123 partidos), Patricia Alonso (100 partidos, 220 goles), Rocío Guerola (40 partidos, 103 goles), Beatriz Morales (35 partidos, 50 goles), Gemma Lujan (25 partidos, 37 goles), Mª Concepción Berenguel (12 partidos, 11 goles) y Emma García (3 partidos, 1 gol).
Silvia Navarro, longevidad por bandera
Es imposible concebir la historia del balonmano femenino sin reparar en la figura de Silvia Navarro. Para el recuerdo paradas decisivas, milagros inverosímiles a través de los más de 20 años de carrera profesional. Su ética de trabajo y su compromiso le han permitido alcanzar los 40 en un gran estado de forma. El Campeonato del Mundo de Japón del pasado mes de diciembre así lo refrenda. Atrás quedaron las dudas por su 1,67 de altura porque, bajos los palos, nadie se hace más grande que ella. Dos platas europeas (2008 y 2014), un bronce mundial (2011), un bronce olímpico (2012) y una plata en la última cita mundialista celebrada en Kumamoto avalan una trayectoria sobresaliente.
Compartió la mayor parte de estos éxitos con Begoña Fernández y Verónica Cuadrado. La historia del balonmano español lleva sus nombre. La gallega fue la capitana y pivote ofensiva de una selección que marcó el camino conquistando la medalla de plata en el europeo de 2008, en el que fue elegida la mejor en su posición. Toda una referente de una generación en la que germinó el término Guerreras y a la que lideró a base de trabajo, versatilidad y goles. Nada más y nada menos que 395 en 181 partidos.
Fernández formó un tándem muy sólido con Verónica Cuadrado, actual ‘Embajadora’ del conjunto español, convirtiéndose en el gran muro de España con dos de las mejores defensoras de la historia cuya labor silenciosa en el eje de la zaga campeonato tras campeonato terminaba siendo una de las claves del triunfo. Además, fue una de las principales bazas ofensivas de Jorge Dueñas, capaz de marcar las diferencias desde la línea de 6 metros, desde donde anotó un total de 228 goles con la elástica de la selección.