El Ademar sufrió más de lo previsto en el guión ante el Pilotes Posada en un partido donde los gallegos se mostraron muy superiores en la primera parte y mantuvieron el tipo hasta que el equipo de Jordi Ribera reaccionó y encarriló el partido en los últimos minutos.
El equipo leonés comenzó muy bien el partido ante el equipo gallego y con un parcial de 3-0 inicial y sin capacidad de reacción de los gallegos todo parecía encarrilado en la vuelta a la competición tras el obligado descanso por el compromiso de las selecciones.
Los de Ribera tenían importantes bajas y afrontaba este partido con un Carou reconvertido a pivote tras la importante baja de Castresana y en principio ésta baja y la de Prce (de baja dos meses) no se dejaron notar sobre la pista en un partido que estaba controlado con un Bicanic encargado de marcar todo lo que lanzaba.
El Ademar comenzó a contagiarse del juego del rival hasta tal punto que se olvidó de defender y de atacar, algo que no pasó desapercibido en el Pilotes que con la ley del mínimo esfuerzo comenzó a remontar en el marcador y a creer en sus posibilidades.
De hecho, con un parcial de 2-7 cuando los gallegos perdía 9-6 dejaba en una preocupante situación a los leoneses que no eran capaces de reaccionar y veían como se iban al descanso con una desventaja de dos goles.
Ribera buscó la reacción dando entrada a Alilovic en la portería y entonces apareció Buntic, que tan solo había campado por la cancha durante la primera parte, para comenzar a encarrilar un partido que apuntaba a sorpresa.
Con el paso de los minutos, el Ademar comenzó a centrarse, fortaleció una defensa inexistente hasta el momento y a partir de ahí se sintió cómodo. El Pilotes Posada comenzó a pagar el esfuerzo realizado y lo cierto es que el equipo leonés tampoco tuvo que realizar un gran trabajo para sentenciar un partido que fue más costoso de lo previsto en el guión.
EFE