Hay pocos partidos que pasen a la historia antes de que empiecen, pero este era uno de ellos. El Polideportivo Martín Carpena de la ciudad malagueña acogía el partido de vuelta de la final de la EHF European Cup, en la que el Costa del Sol Málaga y el Rocasa Gran Canaria se veían las caras en un encuentro sin precedentes para el balonmano femenino español. Las más de 7.000 entradas vendidas para el choque presagiaban un encuentro que iba a suponer un antes y un después en la historia de nuestro deporte, consiguiendo un récord de asistencia a un partido de clubes de balonmano femenino nunca visto anteriormente: 7.183 personas vibraron con dos equipos que protagonizaron un encuentro que no dejó indiferente a nadie.
El espectáculo de las gradas se trasladó a la pista desde el pitido inicial, gracias al gran nivel mostrado en la pista por las ‘panteras’ y las grancanarias durante los 60 minutos de juego. El inigualable ambiente del pabellón propició que fuera el equipo local el primero en golpear. El Málaga de Suso Gallardo no salió a especular y puso todas sus armas encima de la mesa nada más comenzar el choque. Los 5 goles de Isa Medeiros en los primeros 13 minutos de partido así lo demostraban, siendo ella la principal artífice de que el Málaga lograra una renta de seis goles una vez cumplido el primer cuarto de hora de juego.
Con una Silvia Arderius estelar al mando del equipo y una Espe López infalible de cara a puerta, el conjunto malagueño encarriló la primera parte. En frente, el Rocasa parecía noqueado y no encontraba soluciones desde su defensa, parado también en ataque con dos disparos que se estrellaron contra la madera al filo del descanso. Así, el Málaga lograba marcharse a los vestuarios 5 goles arriba, es decir, renta suficiente para ganar la eliminatoria.
Tras el descanso, era el Rocasa de Robert Cuesta el equipo que estaba obligado a remar contracorriente, como había hecho el conjunto malagueño durante una brillante primera mitad. Mercedes Castellanos sujetó a las suyas en la reanudación del choque, donde el Rocasa empezó a recuperar las sensaciones del partido de ida hasta reducir la brecha a los 3 goles.
El Málaga empezó a errar de cara a portería lo que no había fallado durante los primeros 30 minutos, permitiendo a las canarias crecerse y ponerse a solo 1 tanto gracias a los goles de Alba Spugnini y María Gómes. Sin embargo, el conjunto local, alentado en todo momento por una incansable afición para el cántico de “sí se puede”, siguió creyendo y se plantó en los últimos 5 minutos de partido con opciones de darle la vuelta definitivamente a la eliminatoria.
Estuvieron muy cerca de conseguirlo, gracias a los tantos de Rocío Campigli y Silvia Arderius. La central internacional anotó desde los 7 metros el 27:22 que daba la victoria a las suyas, pero una espectacular Alba Spugnini lograba perforar de nuevo la línea defensiva rival para mantenerse dentro del partido. A falta de 15 segundos para el pitido final, María Gómes anotó el que parecía el tanto definitivo, pero nada más lejos de la realidad, porque las colegiadas anularon esa acción del Rocasa al haber pedido tiempo muerto previamente.
Alba Spugnini no se arrugó ante esta situación que dejó algo descolocados a los presentes y no falló en su cara a cara ante Mercedes Castellanos. El Málaga tenía apenas 8 segundos para preparar una última acción y buscar así el gol que le daría el título, con un tiempo muerto de Suso Gallardo que se tradujo en un último lanzamiento de Talita Alves que Silvia Navarro evitó que se metiera dentro de la portería. Con esta intervención y el 29:25 final en el marcador, el Rocasa Gran Canaria lograba proclamarse campeón de la EHF European Cup, arrebatando así la condición de campeón con la que llegaba, precisamente, el Costa del Sol Málaga.
Fotografías: Costa del Sol Málaga