RECORTES DE PRENSA
17/07/2012 - 14:24
El subdirector del Diario AS, Juan Mora, ha dedicado la columna de opinión del número de hoy a los jóvenes jugadores del combinado español que lograron el título del Campeonato de Europa de 2012, organizado por Turquía.
Artículo de Juan Mora
Diario AS
17 de julio de 2012
Los chavales del balonmano han vuelto de Turquía con sus medallas de oro colgadas al cuello. Chavales nacidos entre 1992 y 1994 que han sido subcampeones de Europa juvenil, subcampeones del Mundo juvenil y ahora, más aún: campeones de Europa júnior. El próximo verano cumplirán su ciclo en las categorías inferiores con la disputa del Mundial júnior. Son chavales que, como los de las selecciones de fútbol y baloncesto, han crecido bajo el paraguas del éxito. No conocen otra cosa que no sea ganar. Cuando eran niños vieron cómo éramos campeones del Mundo en balonmano. Y luego, en baloncesto. Y después, en fútbol. Y entre medias, que Alonso era el mejor en la fórmula 1, y Nadal, en el tenis. Y en las motos, y en el ciclismo...
Pero ante los chavales del balonmano, se presenta un futuro más incierto. Crecieron en la época de las vacas gordas, y tendrán que madurar en la de las vacas flacas. El balonmano no es el fútbol ni el baloncesto. En el balonmano la crisis pega más fuerte. Quienes hacen ya sus pinitos en la Asobal ven cómo los contratos de sus compañeros profesionales se están reduciendo al mínimo de los 9.000 euros anuales que fija el convenio. Ganar en esas circunstancias les hace más fuertes. Son otros valores por encima de los económicos los que les han convertido en los mejores de Europa, que es lo mismo que decir del Mundo. Nuestro balonmano, por eso, está de enhorabuena. Con estos chavales, el futuro sólo puede ser espléndido.
Artículo de Juan Mora
Diario AS
17 de julio de 2012
Los chavales del balonmano han vuelto de Turquía con sus medallas de oro colgadas al cuello. Chavales nacidos entre 1992 y 1994 que han sido subcampeones de Europa juvenil, subcampeones del Mundo juvenil y ahora, más aún: campeones de Europa júnior. El próximo verano cumplirán su ciclo en las categorías inferiores con la disputa del Mundial júnior. Son chavales que, como los de las selecciones de fútbol y baloncesto, han crecido bajo el paraguas del éxito. No conocen otra cosa que no sea ganar. Cuando eran niños vieron cómo éramos campeones del Mundo en balonmano. Y luego, en baloncesto. Y después, en fútbol. Y entre medias, que Alonso era el mejor en la fórmula 1, y Nadal, en el tenis. Y en las motos, y en el ciclismo...
Pero ante los chavales del balonmano, se presenta un futuro más incierto. Crecieron en la época de las vacas gordas, y tendrán que madurar en la de las vacas flacas. El balonmano no es el fútbol ni el baloncesto. En el balonmano la crisis pega más fuerte. Quienes hacen ya sus pinitos en la Asobal ven cómo los contratos de sus compañeros profesionales se están reduciendo al mínimo de los 9.000 euros anuales que fija el convenio. Ganar en esas circunstancias les hace más fuertes. Son otros valores por encima de los económicos los que les han convertido en los mejores de Europa, que es lo mismo que decir del Mundo. Nuestro balonmano, por eso, está de enhorabuena. Con estos chavales, el futuro sólo puede ser espléndido.