El combinado nacional absoluto masculino de balonmano playa debutará mañana en el Campeonato del Mundo de la modalidad después de adjudicarse el torneo previo que ha tenido lugar en las playas otomanas de Antalya durante el pasado fin de semana.
El preparador nacional, Francisco Aguilera, ha reconocido que "las sensaciones fueron muy buenas porque todo el mundo respondió, a pesar de que hablamos de un equipo que es nuevo, prácticamente". Eso sí, hizo un llamamiento a la calma para frenar cualquier posible euforia: "es cierto que estamos mejor de lo previsto inicialmente, pero tenemos que tener los pies en el suelo e ir paso a paso porque mañana jugamos nuestra primera final".
De esa forma definió el técnico el encuentro que mañana enfrentará (11:00 h.) a España con Hungría: "los húngaros son un equipo muy parecido a nosotros. Poseen un juego rápido, al igual que nosotros, y tratarán de derrotarnos con su juego en los laterales".
Y con respecto al segundo encuentro de la jornada, el que medirá a los españoles con Libia (16:45 h.), Aguilera reconoció que es un conjunto "que no estará en la lucha final", pero animó a sus jugadores a no confiarse porque "sí que es un equipo fuerte físicamente que puede complicarle la vida a cualquiera".