Las barreras están para romperlas, y así ha hecho un jovén de León, Raúl González, que arbitró el pasado fin de semana un partido de alevines a pesar de ser minusválido.
Su deseo por el mundo del arbitraje comenzó durante una campaña de captación realizada en su instituto, y una vez aprobado el curso, ejerció como anotador y cronometrados en diversos partidos. Pero su verdadero deseo era arbitrar un partido de balonmano.
Y así, el pasado domingo, con motivo del Torneo de San Jodsé del Club BM Ademar, y bajo la tutela de Antonio Martín Franco, árbitro de Categoría ASOBAL, hizo realidad su sueño y arbitró un partido entre alevines. Lejos de sentir miedo, Raúl González disfrutó de una experiencia única para dar un paso más hacía la igualdad en el deporte.
