Las Guerreras Juveniles, con ese lema grabado a fuego de ‘las finales no se juegan, se ganan’, emprendieron la batalla definitiva por el título del Campeonato Mediterráneo. El equipo español supo, desde el principio, que debía trabajar el partido con paciencia, ante una selección de Montenegro que no iba a poner fácil el camino hacia el trofeo. Eso de tener paciencia y saber esperar el momento idóneo para decantar el partido es una de las grandes fortalezas de las españolas y lo volvieron a demostrar marcando las diferencias en la tercera y definitiva manga que confirmó la victoria nacional por 14-19 y proclamó a las españolas en vencedoras del Campeonato Mediterráneo.

Por tanto, con el pitido inicial, se mostró un equipo de Cristina Cabeza muy concentrado que dio el primer paso para hacerse con la iniciativa en el marcador. Sin embargo, ya en esos primeros compases se atisbó una batalla de ajedrez donde las defensas cobraban protagonismo frente a los ataques y en los que llevar la delantera en el electrónico no iba a ser sinónimo de nada. Así como España optaba por asumir las riendas, Montenegro tampoco se encontraba incómoda yendo a remolque de las españolas y, el final de los primeros 20 minutos, fue la mejor de las pruebas, con la selección montenegrina logrando desde la línea de 7 metros, igualar la contienda (6-6).

De cara al segundo asalto, la igualdad se tornó aún más si cabe entre los dos combinados. Pareció que el empuje de ese gol en última instancia para empatar la primera de tres partes, daba alas al conjunto montenegrino. No obstante, España no estaba dispuesta a deja crecer a las rivales y, pronto, el intercambio de golpes alcanzó su máximo esplendor con cada selección ofreciendo una respuesta inmediata al intento de su oponente de escaparse en el marcador. De nuevo, se llegó con la máxima emoción a los minutos finales de la segunda parte, con las alternativas plenamente abiertas para ambos combinados y la posibilidad de alcanzar un nuevo empate cobrando fuerza. En cambio, si en el primer tramo fue Montenegro la que acabó sonriendo con ese tanto sobre la bocina que le daba el empate, en el segundo fue España la que apretó los puños al conseguir amarrar un triunfo parcial importantísimo de cara al tercer y definitivo envite (4-5).

Con el inicio del tercer tramo, se atisbaba un momento idóneo para que España afianzara esa importante ventaja adquirida y, pese a que se topó, en varios intentos claros con el acierto de la guardameta montenegrina consiguió encontrando el premio a su insistencia. A algo más de diez minutos del final, las de Cristina Cabeza colocaban la renta en cuatro tantos. Pese a que Montenegro se resistía a bajar los brazos, las españolas ya tenían el partido y la final donde querían y no estaban dispuestas a dejarla escapar. Las generaciones pasan, pero si algo se mantiene es ese gen ganador que aflora en esos momentos donde lo requiere un equipo campeón. Con una selección renovada, pero las Guerreras Juveniles siguen mostrándose imbatibles y se proclaman ganadoras del Campeonato Mediterráneo.